MANIPULACION
DE LAS MASAS
Aurelio
Altamirano Hernández.
Nuevamente fuimos testigos de una
maniobra publicitaria diseñada y ejecutada para distraer a la población y
ocultar la falta de respuesta oportuna y eficaz de las autoridades frente a la
tragedia ocasionada en México por el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Ocurrió lo
mismo que en ocasión del sismo del 19 de
septiembre de 1985: falta de recursos gubernamentales para atender de inmediato un desastre causado por las
fuerzas naturales. Fue la población civil quien dio muestras de solidaridad y
empeño para ofrecer los primeros auxilios.
Un programa de televisión monopolizó
la mayor parte de su tiempo la atención del público con una versión
aparentemente cierta de una niña
atrapada en los escombros de su escuela que se derrumbó. Ni sus padres, ni familiares
aparecieron en la escena.
Otras
televisoras hicieron lo mismo e ignoraron o minimizaron deliberantemente los
daños enormes causados por el derrumbe
de decenas de edificios que permanecieron varias horas sin recibir la urgente atención
necesaria.
Se
escogió un tema muy sensible: un ser muy indefenso, una criatura sola
encapsulada en un espacio reducido rodeado de trozos de acero y concreto que hacían
inaccesible el lugar a los rescatistas.
La intervención de la autoridad que tomó el
mando de la situación cambió un poco el escenario; pero de todos modos fue víctima de la
desinformación, pues algún rescatista o
marioneta aseguró haber visto y oído a la niña.
Se
prolongó intencionadamente el tiempo del rescate, en tanto se reunían algunos recursos,
insuficientes ante la magnitud del desastre.
Finalmente, personal de la televisora manejó la noticia de que la criatura había
sido rescatada, que su supuesta familia había
pedido discreción y la imagen del
salvamento no se publicó. La misma locutora destacada en el lugar de la
tragedia, a quien trajeron de un lugar a otro para confundirla, confesó no haber visto a la víctima a salvo.
Los
rescatistas oficiales que controlaban la única entrada horadada en el techo llegaron
al lugar en que se decía estaba la víctima, no había nadie, y la autoridad declaró enfáticamente que no se
encontró a ninguna niña.
Todo parece una farsa montada por quienes buscaban ocultar
algo.
Por las características de los detalles, como el espacio reducido de 45x45cms para albergar a una persona, superar la asfixia por el polvo, 48 horas sin agua y alimentos, y aún así responder a "golpecitos", me parece las características del sujeto deberían corresponder a una persona que podría comunicarse a través de un código, alguien que ha aprendido diversas formas de comunicación como para interpretar sonidos en un ambiente oscuro y hostil como el que se encontraría. Una respuesta así de asertiva sería complicado para niños. Un niño respondería como a los que sacaron vivos, llorando, asustados. Los niños pequeños (como el que cabría en un espacio de 45 x 45 cm) no podría escribir con facilidad en un celular, si no había servicio de internet por la falta de energía eléctrica y bajo varilla, dificilmente estaría recibiendo alguna señal. En fin, que si realmente obtuvieron una señal de que fuera un adulto o un niño, un adulto bien hubiera podido decidir identificarse como niño a fin de que su rescate cobrara prioridad sobre el de un adulto.
ResponderEliminarTambién hubo un padre de familia que no vi más que en un pequeño anuncio (que después volví a buscar y no encontré) que buscaba a su hijo Alfredo, es decir, es posible que ese niño,al que podrían llamar Freddy, fuera la causa de la propagación de un nombre y más que Frida, fuera Freddy, el alumno en cuestión, a partir del cual se propagó el rumor de niños vivos bajo los escombros.
Todo lo demás es posible, la falta de recursos del gobierno, la falta de ética en otorgamiento de excesivos permisos de construcciones monumentales en zonas de terreno inestable, la falta de ética y honestidad de los responsables de construir los edificios, muchos factores se conjugan para que el desastre se presente.