CAMINOS
PARA LA MEJOR INTEGRACIÓN DE MÉXICO-
Por J. Altamirano Hernández.
Indispensables son para el desarrollo
económico y cultural de los pueblos, las comunicaciones, como medio de enlace
efectivo de las diversas regiones que con sus riquezas materiales y morales,
sirven a la integración de los hechos e ideales superiores en todas las
actividades humanas.
Sin ellas ninguna de las realizaciones
progresistas que constituyen la cultura es posible, porque los hechos que
definen a ésta reconocen fundamentos en el desenvolvimiento económico, dentro
del cual, el de las comunicaciones se significa en planos principales como
factor necesario en la tarea de elevar el índice vital de los pueblos y de los
hombres.
En México, es difícil hablar de unidad,
sin cometer un pecado contra la verdad, cuando se trata de establecer ideas que
buscan crear conceptos de la existencia de una nacionalidad redondamente definida
y vigorosa, con caracteres propios y de fortaleza tal que resiste, sin perder
sus perfiles mexicanistas, a los trastornos que supone y ejecuta en nuestra
vida interna la interdependencia que debemos a la realidad universal.
Con mayor justicia en la expresión, se
puede decir que México se dirige a la formación de una conciencia y de una
realidad nacional con hondo sentido de lo nuestro y de sus alcances, que puede
servir de base a la creación y afirmación de una nacionalidad auténticamente mexicana,
y , que en esta situación, el incremento de las comunicaciones terrestres,
marítimas y aéreas, es necesidad primaria cuya satisfacción debe cuidarse como
el punto clave de la identificación y mejoramiento integral de todos los grupos
étnicos que forman nuestro pueblo.
Uno de los mejores hechos que marcan la
ruta avanzada de los regímenes democráticos mexicanos es la incorporación y
reincorporación de los lejanos confines patrios a la vida económica y cultural
de la nación, que se muestra magnificente en la construcción y rehabilitación de
numerosas vías de comunicación en todo el país, y de manera especial en el
Sureste de la República, cuyas riquezas geográficas y humanas han ingresado al
patrimonio nacional por obra de gobiernos revolucionarios.
Por largo tiempo había permanecido en serio
desvinculamiento del progreso general de México, el Sureste, no obstante su
singular potencialidad que tanta falta hacia y hace aún, a la vida nacional;
pero, ya son palpable las obras reivindicadoras que se yerguen como signos
salvadores sobre las tierras del Sur.
Oaxaca y Chiapas, participan de los
beneficios de la Carretera Panamericana; el Istmo de Tehuantepec se vivifica
con la carretera que comunica sus litorales; y el Ferrocarril del Sureste sirve
a numerosos pueblos; la carretera Coatzacoalcos-Villahermosa hizo realidad una
aspiración del pueblo tabasqueño de quedar incorporado a la vida nacional; y
varias rutas más, en construcción y en servicio, se dirigen a la conquista de
un próspero futuro de una importante región del país.
La tarea es inmensa y falta mucho por
hacer. La rehabilitación del ferrocarril Campeche-Mérida era necesidad urgente,
ya satisfecha felizmente, para servir al pueblo campechano, al yucateco, a los
habitantes del territorio norte de Chiapas y de Quintana Roo y como medio para
conducir la economía nacional a planos de superación con la modificación
favorable de las condiciones demográficas, la utilización de los factores
productivos u la elevación del consumo en aquellos lugares.
La pavimentación de la carretera Oaxaca-Puerto
Angel, que toca la importante región de los pueblos de Coyotepec, Ocotlán,
Ejutla, Miahuatlán, Suchistepec, Pochutla y Puerto Ángel, es tarea que debe ser
inmediata por su gran significado como ruta que sale al mar y pone al alcance
de los pueblos interiores las riquezas de las costas oaxaqueñas.
Al mejorarse en definitiva el camino
Coatzacoalcos-Villahermosa, casi intransitable en épocas de lluvia, se dará a
la tierras tabasqueñas la satisfacción de sentirse en todo tiempo, partes
integrales de México y cuna de reservas valiosas utilizables en beneficio
propio y de la nación; y consecuentes con este ideal, acelerar los trabajos
para la construcción de la carretera Villahermosa-Teapa-Pichucalco-Tuxtla
Gutiérrez, de valor incalculable.
A Chiapas se le hace justicia al darle una
ruta, que comunicará mejor su zona costera con otros puntos del país, al
entroncar con la carretera Panamericana. Este camino se construye para enlazar
las poblaciones de Tonalá, Los Amantes, San Antonio, Pijijiapan, Mapastepec,
Escuintla, Pueblo Nuevo, Huixtla, Huehuetán y Tapachula. La rica región del
Soconusco tiene un gran significado por sus producciones, principalmente de
café para el desarrollo económico de México.
Hacer justicia al Sureste es una labor que
se ha impuesto la Revolución mexicana, la cual debe mejorar la realidad que
vive el pueblo. Es cierto que la
geografía de México no se presta para la integración de una buena red de
comunicaciones de todo tipo, y en eso ha consistido precisamente la dificultad
para la construcción de vías para la conexión de nuestros pueblos y
distribución de los factores económicos y culturales en todo el territorio
nacional, que mejoraran el nivel de vida mexicana; que no cuenta el país aún
con los medios suficientes para construir sus caminos que le son necesarios;
pero, todo indica que nos estamos acercando al anhelado día en que México, bien
comunicado en su interior, pueda sentirse orgulloso de ser la Patria de la
unidad y de la identificación en torno a superiores ideales y realizaciones.
LA NOTICIA, México, D.F., 13 De Julio de
1957.