domingo, 13 de diciembre de 2020

EL SER HUMANO ES BUENO.

 

EL SER HUMANO ES BUENO.

 

 

Por Aurelio Altamirano Hernández

 

 

         Para Sigmund Freud, el hombre es fundamentalmente malo. Su tendencia al mal es innata, y solamente la instrucción y la educación logran imprimirle un poco de bondad en sus acciones y pensamientos.

 

         Alfredo Adler, discípulo de Freud, considera que el hombre no es bueno ni malo en principio, sino que una materia anodina que se formula en determinado sentido de conducta con la influencia de las circunstancias.

 

         Carlos Gustavo Jung, otro discípulo del distinguido psicólogo vienés, cree que el hombre es bueno y malo a la vez, en su esencia fundamental, condicionadas las manifestaciones de aquellos caracteres suyos por las situaciones diversas en que se desarrolla su existencia.

 

         Pero, tenemos que llegar a la contraposición ante la misma teoría por Freud, en este capítulo de la psicología, para estructurar el principio que sostiene la idea de que el hombre, como superior objeto del mundo material en que se manifiesta la capacidad cognoscitiva de la materia, es fundamentalmente bueno, y suficientemente capaz de mejorar su bondad para alcanzar elevadas estructuras en su conformación física y moral.

 

         Esta aseveración, como las tres anteriores, no deja de reconocer que el hombre es una realidad incompleta que debe mejorarse por introspección, con lo que no llega a faltar a la causa y la finalidad de la ciencia psicológica y puede formar dentro del campo de las teorías interesadas en analizar, comprender y mejorar las actividades humanas.

 

         El hombre es realización material de la superior bondad de la substancia cósmica.

 

         La bondad es una tendencia hacia todo lo grande, una inclinación hacia la conquista de bienes materiales y morales de calidad superior, y si el hombre, no obstante los obstáculos con que tropieza, sigue esa ruta de perfección, el hombre es la bondad misma materializada.

 

        

         La visión general y válida ante el mundo es de reconocida bondad, de tendencia innata a la conquista de bienes superiores y más que eso de poseedor de un amplio poder para el logro de sus aspiraciones de superación.

 

         De proporciones reducidas, en esencia, son las manifestaciones de maldad en el ser humano.

 

         La magnitud de las mismas responde más bien a la cantidad que a la calidad, y solamente los hechos superiores del hombre tienen el poder de oponer a satisfacción la calidad de los mismos ante la abrumadora mayoría de los actos desventurados del mortal.

 

         Las encontradas tesis de Adler y de Jung, son contraposiciones nacidas de una dialéctica secundaria, que finca sus estudios y conclusiones en el análisis de realidades temporales de la conducta humana.

 

         Freud orienta sus elucubraciones hacia el otorgamiento de mayor importancia al mal que se manifiesta desde un principio en el hombre llevado por la espléndida configuración cuantitativa que alcanzan las proporciones de los actos humanos condenables, y de esa manera Freud enfoca de más cerca el problema, si bien de manera insatisfactoria.

 

         Si aceptamos la teoría freudiana, considerando al hombre como la encarnación de la maldad, más bien nos orillamos a la conclusión de negar al hombre mismo y al mundo circundante.

 

         Porque es condición para que sea realidad el hombre, su conducta y el mundo mismo con todas sus manifestaciones de vida, la presencia de bondad es el seno de la materia universal; bondad para desarrollarse hacia manifestaciones superiores de su capacidad de existir y de vivir.

 

         El hombre es magnífica prueba de esa tendencia hacia el bien.

 

         De que si el hombre es bueno o malo, porque tiene que ser fundamentalmente una sola cosa de las citadas, las bases se deben buscar en el origen mismo del hombre. No en las temporalidades de su conducta condicionada por las circunstancias adversas unas veces y otras favorables. No; porque así no concebimos al hombre sino que a las circunstancias.

 

         Se debe buscar la razón de la bondad y de la maldad del hombre en lo esencial, en la primera causa de su existencia y desarrollo. Y es aquí, donde vemos surgir la bondad del hombre como cosa fundamental de su ser y como la misma bondad de la substancia prima universal para ser, seguir siendo y sublimándose en el tiempo y el espacio.

 

         Si el hombre fuera fundamentalmente malo no existiría.

 

         En la conducta del hombre, cuenta más la bondad que la maldad.

 

         Incluso, lo que en un principio se considera como malo, de acuerdo con nuestros convencionalismos sociales, viene a ser, tras de un severo análisis y consideración de sus partes fundamentales, una benéfica llamada de atención hacia el camino del bien, como una protección de las cosas buenas contra el acecho de maldades secundarias que pueden, por su contingencia numerosísima, opacar, que no superar ni mucho menos destruir, la magnificencia del bien.

 

         No encuentra explicación el maravilloso desarrollo de la cultura humana con la tesis de Freud que sustenta la existencia de una maldad fundamental en el hombre.

 

         Una cosa que se desenvuelve en términos elevados frente a una realidad no siempre de circunstancias favorables a su mejoramiento, debe ser de una calidad infinitamente superior. No como la del microbio que se desarrolla prodigiosamente en un medio apropiado  por vegetación y desaparece en el combate con una droga específica; sino como es el hombre, como ese ente que casi desarmado, sin más recursos superiores que su intelecto y su acción enérgica se levanta de su condición de objeto y se alza al campo de la lucha por conquistar el mundo mismo.

 

Abril de 1957. Difundida por Radio Cadena Nacional. Programa de “LA NOTICIA”.

 

 

 

 

viernes, 11 de septiembre de 2020

PARTIDO Y MOVIMIENTO (Continuación) Aurelio Altamirano Hernández.

 

PARTIDO Y MOVIMIENTO  (Continuación)

Aurelio Altamirano Hernández.

Al  principio señalé que MORENA como partido político no es lo mismo que el Movimiento de Regeneración Nacional (MRN);  afirmé también que el verdadero sustento del gobierno morenista,   en la actualidad,  es la movilización social heterogénea que arrasó en las elecciones de Julio de 2018.

A MORENA   le falta para  consolidarse un programa de acción bien estructurado,  una ideología definida, identificada realmente en lo económico, político, social y cultural con los más elevados principios de las revoluciones de Independencia, de la Reforma Laica y de la  transformación democrática surgida en la década de  1910.

El MRN logró en 2018 una verdadera revolución pacífica al derrotar en las urnas a una coalición de partidos que se empantanaron  por  más de treinta años en una nueva versión del liberalismo, supuestamente progresista, pero más bien sujeta a los dictados de un capitalismo imperial que se resiste a morir.

El partido surgido del MRN se convirtió  en un organismo dentro de otro organismo que lo alimentó con todo el capital político alcanzado en la histórica  contienda  electoral. Casi se volvió un parásito. Delegó en el Ejecutivo la lucha cotidiana  a nivel   federal, estatal y municipal  y en todos los aspectos de la economía, la política, la cultura  y la confrontación con la reacción conservadora  y de algunos críticos surgidos del fuego amigo.

MORENA requiere de una reorganización a fondo, con dirigentes idóneos que reúnan inteligencia,  capacidad, dinamismo, honestidad y lealtad. No puede confiarse la dirección del partido a elementos de dudoso comportamiento, con historial contaminado por la pertenencia a otras corrientes partidistas regresivas  proclives a alianzas que atentan contra los intereses nacionales.

Hay suficientes recursos humanos de reconocida solvencia intelectual y moral, de auténtica  militancia en la democracia social que parece identificar al gobierno actual, para fortalecer al partido de la 4T. Pero no hay espacio para confiarse de ciertas apariencias.

 Las próximas elecciones de Gobernadores, diputados federales y locales y presidentes municipales  servirán para definir  si continúa la revolución  social pacífica o todo lo hecho hasta ahora ingresará al archivo de los intentos frustrados de un cambio positivo en la vida nacional.

Ciudad de México, 11 de septiembre de 2020.

 

 

 

jueves, 10 de septiembre de 2020

PARTIDO Y MOVIMIENTO. Aurelio Altamirano Hernández.

 

PARTIDO Y MOVIMIENTO 

Aurelio Altamirano Hernández

MORENA, acrónimo o abreviatura de Movimiento de Regeneración Nacional  y el  MRN, aunque pudiera pensarse que son lo mismo, no  lo son.

 MORENA  es un partido político nacional configurado al estilo de los demás partidos, con una estructura cupular y representaciones en los Estados, con Estatutos y demás documentación que exige el INE a los partidos. Es decir, con una estructura organizacional y funcional elemental comprobada en papeles y de alguna manera en la práctica con militantes y simpatizantes que participan con su presencia en mítines, marchas, asambleas, encuestas y deliberaciones y apoyan con su voto en las elecciones   nacionales  y locales.

La  ideología y las acciones  del partido están de cierto modo inspiradas  en los objetivos del MRN, pero, insisto, no son la misma entidad desde el punto de vista político.

El MRN  representa una movilización de masas populares, de extracción muy diversa, compuesta de varias clases sociales, desde las de mayor marginación que viven en el medio rural y las más desprotegidas de las barriadas.

 citadinas, hasta miembros de clases sociales encumbradas, pasando por una clase media plural en la que convergen profesionales, obreros y artesanos calificados, pequeños y medianos empresarios , burócratas y una amplia gama de ciudadanos a quienes se cataloga de manera imprecisa como sociedad civil.

MORENA ,  como partido, a dos años de haber ganado la Presidencia de la República,  la mayoría de las Gubernaturas de la Federación y de los escaños del Congreso de la Unión y los Congresos locales,  así como numerosos  Municipios a nivel nacional, no muestra evidencias de un partido consolidado y actuante en la práctica con una ideología  definida que la distinga como abanderado de la Cuarta Transformación  (4T) que proclama.

Hasta ahora, el sustento de los gobernantes morenistas, desde el Presidente de la República hasta el último  presidente municipal, es la movilización social que ganó las elecciones de 2018 y que aún permanece activa y militante, fiel a su compromiso de combatir la corrupción,  defender el patrimonio nacional,  abatir la pobreza extrema de las comunidades  desamparadas y fortalecer la soberanía y la dignidad  de la Nación.

 Ciudad de México, 10 de septiembre de 2020.

 

 

LA ECONOMIA Y LA EDUCACION

 LA ECONOMÍA Y LA EDUCACIÓN.

 

Por Aurelio Altamirano Hernández

 

En los momentos actuales, en que se nota la agudización de la crisis de los valores morales y el inminente naufragio de los ideales y de las conquistas mejores de la Humanidad en el océano de la mediocridad y de la criminalidad desenfrenada, resalta la importancia de la educación como instrumento necesario al buen encauzamiento de la conducta humana.

 

      La educación del hombre es el conjunto de los principios morales que rigen su vida con normas de elevación espiritual, ajena a los fanatismos, y de los conocimientos prácticos e intelectuales que forman de su persona un elemento útil a sí mismo y a la sociedad en general.

 

      Ese concepto elemental y básico de la educación no debe mixtificarse con la adopción en torno a ella de posturas inspiradas en ideas que en vez de contribuir al logro del forjamiento de las personalidades útiles que la sociedad requiere, instituyen como regla la formación de elementos deformes, incompletos o mal orientados que solo van a engrosar las filas de la delincuencia y del parasitismo social.

 

      No se aspira a la formación de legiones geniales en nuestras aulas, no se busca la integración de excepcionales mentalidades en serie en nuestros planteles, pero es  meta de la educación actual estructurar las personalidades de utilidad social que el desarrollo de la técnica, de la ciencia y del arte requiere de manera urgente para su perenne superación.

 

      La educación de la mente y del organismo físico constituye la máxima esperanza de la Humanidad para la formación de avanzadas generaciones que perpetúe su marcha ascensional en el devenir del mundo, de tal manera que ante la importancia vital de la educación y de la necesidad de su incremento resultan siempre pequeños todos los esfuerzos, escasos todos los recursos e incompletas todas las realizaciones.

 

      La noble ciencia de la educación, como superestructura social, necesita para su auge en beneficio de las amplias capas de la población, de un acondicionamiento adecuado en los puntos básicos de la vida de la sociedad, que son: la economía y la administración de ésta y de sus consecuencias, que es la que constituye propiamente la política. Es por esto que una revolución social, cuando quiere llenar íntegramente su cometido modifica juntamente con métodos, planes y programas educativos, todo el engranaje que mueve al sistema de producción y de distribución de las riquezas sociales, porque así se modifica de raíz la situación, en vista de que aquel engranaje es el que condiciona todas las formas de vida social, y de la política progresista que se aplique al mismo dependerá una existencia mejor y una educación verdaderamente satisfactoria de los más caros intereses colectivos y de la cultura misma.

 

      Las recientes declaraciones de las autoridades educativas a la prensa nacional, sobre el carácter y las proporciones del problema de la educación en el país, coinciden, por fortuna, en el fondo con tesis sustentada por la mejor fundada doctrina que guía el estudio de los fenómenos sociales, en el sentido de que otorga a la realidad económica su importancia como factor que decide la conformación de las superestructura sociales, de entre las cuales la educación ocupa señalado  lugar.

 

      Esencialmente, el carácter del problema educativo en nuestro país es de tipo económico. No hace falta en México orientación magnífica a la tarea de educar a las nuevas generaciones, ni falta voluntad ni escasean aspiraciones mayúsculas en el ánimo de nuestro pueblo; tampoco nos faltan intelectos capaces de iniciar y continuar una próspera marcha  de la educación y de la cultura en general, porque lo que es en México, como digno ejemplo de las países latinoamericanos que luchan por conquistar mejores posiciones en el concierto de las naciones civilizadas y que no desmerecen al lado de las mejores potencias del mundo, existen insospechadas aptitudes en el material humano, que se encuentra presto a integrar las legiones avanzadas de la cultura moderna.

     

      Nuestras luchas por mejorar el nivel cultural del pueblo, reconocen en esencia como base para la obtención de sus óptimos frutos, la transformación positiva de la economía nacional, el acondicionamiento adecuado de las capacidades naturales del medio para la  satisfacción de todas las necesidades mediatas e inmediatas de la sociedad; y la educación, que comprenden un amplio aspecto del problema de mejorar las condiciones de vida humana, tiene que remitirse necesariamente, en los principios causales de naturaleza, a la base de toda conformación social que es la economía.

 

      Los elementos de la educación ya han prendido en las mentes y en la acción de los mexicanos. Lo que hace falta es orientar esa considerable preparación del pueblo hacia el propósito de mejorar el acrecentamiento inmediato de los bienes nacionales, por cuantos medios sea posible, como paso para consolidar un poderío económico que haga posible el florecimiento de las formas superiores de cultura.

 

      El pueblo mexicano aspira a la integración de una educación verdaderamente superior; pero esa educación no se logrará si no se aprovechan los rudimentos que se tienen para afirmar la capacidad del pueblo y satisfacer sus necesidades inmediatas. Hay que orientar las actividades hacia el fin aquél con los elementos de que se dispone.

 

      La educación resulta más que nunca necesaria en los momentos críticos que vive la Humanidad y si para su desarrollo en términos mejores y hacia metas más elevadas, se sacrifican otros anhelos no inmediatos y si su atención se cobra también con tributos del heroísmo y de la mártir abnegación, se puede decir, aun así, que cuanto por ella se hace será poco todavía, aunque muy significativo, pues toda intensificación de la labor educativa encuentra recompensa en el mejoramiento continuo de las posibilidades de acrecentar la felicidad del hombre.

 

 

NOVEDADES, 19 DE ABRIL DE 1957.

 

 


martes, 8 de septiembre de 2020

IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA EN LA TERCERA EDAD

                     IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA EN LA TERCERA EDAD.

 

Por AURELIO ALTAMIRANO HERNÁNDEZ

 

Es muy frecuente en nuestro medio social subvalorar la ancianidad. Las personas de la tercera edad, en su gran mayoría, son de manera reiterada subestimadas y catalogadas como ajenas a la época, con lo que se quiere significar que no tienen papel a desempeñar en el desarrollo actual de la vida comunitaria. A esta situación han contribuido diversas circunstancias, entre las cuales podemos mencionar:

a)      El crecimiento demográfico desmesurado, que trae consigo el ensanchamiento de la pirámide poblacional en las áreas que comprenden a los niños, jóvenes y adultos. Esta población mayoritaria ejerce una fuerte presión y absorbe una gran proporción de recursos para la satisfacción de sus necesidades, dejando un margen muy reducido para los adultos mayores o ancianos que están en minoría en esta etapa de transición.

b)      La educación deficiente de las mayorías que apenas alcanzan en promedio un índice de escolaridad que no excede la instrucción primaria. Ha contribuido a crear este analfabetismo funcional la ausencia de planes y programas educativos que contribuyan a preparar al individuo no solo para la subsistencia, sino también para una existencia superior en la que tengan cabida relevante los valores que dan sentido a la vida humana.

c)      La misma autoinmolación de los viejos que renuncian a reconocerse como tales. A una gravísima falta de autoestima, de quererse a sí mismo y darse la importancia que se tiene. Empiezan ellos por no aceptarse a sí mismos, por no identificarse con su edad cronológica y psicológica, enseguida caen víctimas de la ignorancia propia y de su entorno, incluyendo su familia, después se enredan con los "slogans" de una publicidad mercantilista, consumista y machacona, que exhibe a la apariencia juvenil como el paradigma insustituible a conseguir... y sobreviene el desastre.

d)      Lo demás viene por añadidura. Lo peor es que se pierde la autoestima, la identidad y no obstante el gran valor de su experiencia laboral y humana son relegados al rincón de los trebejos o si bien les va a la vitrina de las reliquias de valor estimativo.

¿Qué hacer ante esta situación? Reconocer que somos viejos y apreciar la dignidad que conlleva el título. Asumir nuestras responsabilidades y derechos como fundadores de familias, forjadores de generaciones y testigos insustituibles de un mundo que parece haber perdido la memoria y la moral. Respetarnos y querernos a nosotros mismos como una forma de inducir a los demás a que nos respeten y nos quieran.

México, D.F., mayo de 2001.            


jueves, 25 de junio de 2020

EN POLITICA, PRIVILEGIAR EL DIALOGO


EN POLITICA, PRIVILEGIAR EL DIALOGO
Por Aurelio Altamirano Hernández.
Los Gobernadores tienen en CONAGO un foro para el diálogo democrático. Si no lo saben aprovechar algunos  y prefieren  el conciliábulo, el complot y la conspiración, allá ellos, con sus acciones clandestinas sólo se convierten en subversivos.
Un Gobernador tiene una categoría política y social superior a la de ser líder o promotor de un partido político.  Tiene la responsabilidad de gobernar un Estado, de velar por los derechos al bienestar  de todo el pueblo a su cargo,  no de servir a una élite  o a intereses partidistas.
Los líderes de un partido político, de cualquier color que sea, disponen también de foros para discutir sus propuestas y acordar medidas que van a beneficiar su partido. Si son verdaderos profesionales de la política sabrán ventilar sus diferencias en plan de altura, examinarán las controversias  anteponiendo el interés nacional y del partido a las conveniencias personales.
Si en lugar de dialogar en el seno del partido, se van, cada quién a sus tribunas favoritas a la vista de todo el mundo, antes de buscar el acuerdo en el ámbito interno, lo único que resalta es que buscan el protagonismo y hacen proselitismo, para acabar sembrando la confrontación, la confusión y la pérdida de la unidad de acción.
El estrepitoso fracaso de varios partidos políticos, del cual hemos sido testigos recientemente, se debe a la profunda división interna que fueron alimentadas por sus continuos desencuentros  exhibidos abiertamente a la luz pública. Lo peor del caso, en ocasiones fueron sobre temas no sustanciales para la ideología del partido, si es que se manejaba alguna bien definida.
Cualquier traspié es aprovechado de inmediato  por el adversario, que está a caza de oportunidades para aumentar su número de adeptos. Si a eso se suma la falta de consolidación como partido con cuadros bien capacitados, con contrapesos  macizos que equilibren los factores de poder, y una estricta vigilancia para cerrar el paso a espías, traidores y arrimados que sólo buscan acomodarse, las bases de un partido político se debilitan  y cunde la desesperanza y la desbandada.
Ciudad de México, 26 de junio de 2020.

miércoles, 3 de junio de 2020

FILOSOFIA, POLITICA Y RELIGION


FILOSOFIA, POLITICA Y RELIGIÓN.

                                        AURELIO ALTAMIRANO HERNÁNDEZ

Es necesario ponernos a pensar si  el vocablo Religión ha sido hasta ahora  correctamente definido. Se le ha querido limitar únicamente a  su connotación etimológica en el concepto de religar  a los individuos como si una  visión de conjunto mal enfocada los  considerara dispersos, desunidos, aislados cada quien de los demás  y sumidos todos en el caos.
Desde los tiempos más remotos el hombre  ha vivido siempre en comunidad. Los padres y los hijos, la familia en  general y los miembros  de un grupo solidario, han permanecido siempre cercanos, excepto cuando circunstancias fortuitas los han separado, pero han mantenido siempre el sentimiento y el interés de reunión, de convivencia y de participación en el destino común.
El hombre primitivo fundó la organización más elemental como núcleo familiar en torno a la madre y el padre y de allí surgieron los clanes y las tribus para después ir constituyendo sociedades más complejas y mejor organizadas. En todo tiempo ha permanecido vigente el espíritu de unión y solidaridad, pues de otra manera la vida individual y colectica y la permanencia del hombre sencillamente hubiera sido imposible.  Sólo se rompió ese vínculo moral cuando el interés material  de acumular beneficios individuales se sobrepuso al interés colectivo; cuando la ambición  y la hipocresía de alguien o de unos cuantos se aprovechó  de la ignorancia y la superstición para buscar el embotamiento del don más preciado que tiene el ser humano: su conciencia, la percepción racional  de su vida interior, el conocimiento de su ser íntimo como única autoridad que  puede guiar su pensamiento, sus sentimientos y su acción por el sendero de la razón y de la justicia.
El Examen de Conciencia
El conocimiento  de su ser íntimo por medio de la reflexión, el acercamiento a su conciencia por el camino de la meditación y si se quiere con el concurso de la oración que es de hecho otra forma de  dialogar  consigo  mismo, esa introspección del Yo  Soy es el medio idóneo para  definir  la  Filosofía  o  conjunto de valores que  preside  nuestra concepción del mundo y de la vida.
De una u otra manera, dependiendo de cómo se aborde  esa búsqueda  y la interpretación de sus resultados, con mucho o  poco conocimiento,  saldrá a la luz una actitud filosófica basada en la investigación y  el conocimiento de la realidad ó un sentimiento religioso o espíritu creyente  proclive a las concepciones míticas, al misterio y los arcanos indescifrables.
La actitud filosófica  es una posición  consciente y racional que reconoce la presencia en  nuestro Ser Íntimo  de una entidad rectora  que guía nuestros actos;  es la convicción de que en nuestro Yo Profundo subyace una estructura hecha de herencias y tradiciones,  así como  de  continuas adquisiciones de nuestro ser biológico,  intelectual y emotivo  que le da forma a nuestro comportamiento  y nuestra moral.
 Reconocer esa potencia interior como un atributo personal  ligado a nuestra conformación biológica, psicológica y social es la actitud racional a la que se llega por medio de la meditación, de la introspección y   del auto-examen. De hecho aquí empieza la Filosofía a presidir la  vida del hombre, aquí  el hombre inicia la conquista de la libertad de conciencia; a  concederse  el privilegio de liberarse del fanatismo y disfrutar del don de creer o no creer
  De esta manera,  con la fe racional sinónima de conocimiento, empieza a sentirse dueño de sí mismo para disponer inteligentemente de sus potencialidades. La fe racional es el conocimiento de la realidad, es la aceptación de lo posible y la protección contra la fantasía y la ilusión.
De otra manera, en  contraposición a esa actitud racional se encuentra el  sentimiento o espíritu  creyente inspirado solamente en la  fe  primitiva, hermana del instinto que no razona, porque es más fácil creer y no investigar las causas y los efectos de las situaciones.  Es la fe ciega, amiga de las ilusiones, de los sueños y de las aspiraciones fantásticas.
Las necesidades de la vida material, la urgencia de satisfacer requerimientos físicos del organismo, obligaron al ser humano a buscar los medios de aprovechar los recursos naturales a su favor. Se hizo necesaria la administración de los bienes disponibles y de ahí surgió el arte o ingenio de la administración que después se convirtió en la ciencia de la Política.
 Cuando el hombre o la mujer, frente a los avatares de la existencia se refugia en su mundo íntimo, en busca de la inspiración que le señale un camino de liberación, si no tiene la instrucción o educación suficiente para razonar, se convierte en víctima de  la fe ciega y liga su destino a entidades ilusorias producto de la fantasía.
Es aquí donde empieza la idea de Religión, cuando el hombre liga o religa su realidad física con su mundo interior y si no tiene más herramientas intelectuales para entender la vida y el cosmos que le rodea, se inclina simplemente por una creencia en lo sobrenatural y recurre a la fe primitiva para explicar lo que ocurre en su entorno.
Surge entonces el fanatismo en todas sus modalidades: religioso, político, económico y de las subculturas, como la de la moda;  se define como  la adhesión ciega y acrítica, la aceptación inconsciente de ideas que esclavizan y  nada más,  como dijimos antes,  porque es más fácil creer por creer y no buscar  la razón de ser de las cosas.

Política y Religión.

La manipulación de la conciencia de los individuos y de las multitudes se convirtió entonces  en el objetivo de quienes siempre han pretendido usufructuar el esfuerzo ajeno, acumular riquezas, pisotear  las libertades y cometer una serie interminable de tropelías en nombre de una simbiosis enfermiza  que se dio por llamarse “Política y Religión”.
La mezcla de Política y Religión adulteró la concepción y práctica de cada cual. La reunión del poder de unos cuantos sobre las cosas materiales y de los bienes productos del intelecto y la moral condujo a la manipulación, la discordia, la guerra y el exterminio de los valores humanos.  Sólo el esfuerzo heroico de los hombres libres y de buenas costumbres ha  logrado en parte rescatar los elevados ideales del hombre y meter orden en el caos.
 La Política y la Religión como creaciones intelectuales  del ser humano son enteramente respetables; tienen bien delimitadas sus áreas de aplicación y sus atributos; ambas buscan la comprensión de los fenómenos que afectan la vida del individuo y de la sociedad. Por eso los  librepensadores, hombres y mujeres,   en el ejercicio legítimo de nuestros deberes y derechos,  abordamos los temas políticos y religiosos, en el seno de nuestra convivencia social,  como centros de interés para el   análisis y la crítica serena, sin afán de proselitismo y con la mejor intención de utilizar el método científico en la búsqueda y aceptación de las mejores conclusiones.
Es necesario insistir en que la Política y la Religión, en sus áreas de aplicación son distintas y separadas;  la Política es instrumento propio de la administración pública y del  poder civil,  se ubica por lo mismo entre las Ciencias sociales y está  atada al compromiso ético y moral de éstas, en tanto que  la Religión, como abstracción cuyo estudio se deslinda de las concepciones materiales  y físico-matemáticas, se  maneja con liberalidad, tiene su campo de acción en los terrenos de  la Metafísica, de lo puramente especulativo,  de la introspección y la meditación que son actitudes individuales, personales y privadas.
La ambición por el poder, que es innato en el ser humano, aprovechó la organización de la sociedad como un campo propicio para manipular a los grupos e individuos  en  beneficio de unos cuantos. La sociedad organizada, que es el Estado, ideada para aprovechar los recursos de la comunidad para beneficio colectivo, se fue convirtiendo poco a poco en una estructura de clases estratificadas conforme a su participación en el disfrute de los bienes producidos.  Surgieron los individuos  que se apropian de los recursos de la comunidad para su provecho personal y se inició la formación de grandes legiones de proletarios que subsisten en la pobreza y la miseria.
La religión pretendió justificar la existencia de individuos privilegiados como un designio de entidades abstractas (el derecho divino de los reyes) y de esa manera contribuyó a fortalecer moralmente a la explotación de los desposeídos.
Se hicieron poderosas las iglesias al compartir el poder y los bienes,  originalmente propiedad de la colectividad, con los políticos o administradores corruptos de la sociedad organizada. Esa es la simbiosis de que hablamos, Política y Religión, astutamente manejada para mantener el orden social de la desigualdad.

Córdoba, Ver, México, 14 de abril de 20014.

viernes, 15 de mayo de 2020

IRREGULAR LA SITUACION DE LA GUARDIA NACIONAL.

 El concepto de Guardia Nacional se ha tergiversado en México. Se ha creado una institución paralela al Ejército, a la Marina y a las corporaciones policíacas para encargarse de la seguridad pública, con elementos de línea de esas mismas instituciones armadas.

 En opinión del ciudadano de la calle, bastante informado por la experiencia vivida de abusos cometidos contra los derechos humanos en épocas recientes, sólo se trata de una simulación, no hay un organismo nuevo, son las mismas fuerzas armadas con uniforme diferente, bajo las órdenes de mandos militares, no de la autoridad civil.

Una Guardia Nacional legítima es una organización de ciudadanos civiles convocados por el Gobierno para asumir funciones de orden  en ámbitos civiles, para apoyar a las corporaciones policíacas en el  cumplimiento de la Ley.
No es una organización militar ni está armada para enfrentarse a grupos paramilitares, guerrillas , saboteadores y terroristas; porque si así fuera tendría que enfrentarse también a núcleos de  población aliados o cómplices de los delincuentes y declararía una guerra civil.

Otra función importante de la Guardia Nacional es constituirse en un cuerpo de ejército coordinado por el Ejército de línea, para enfrentarse a una invasión, al ataque de la independencia y la soberanía nacional por fuerzas extranjeras. Los ciudadanos civiles son convocados por el Gobierno para que de manera voluntaria se sumen a las fuerzas de resistencia ante el invasor. Sólo en casos extremos se recurre a la imposición de la ley que obliga a los ciudadanos a defender el patrimonio nacional en  caso de guerra extranjera.

En los tiempos de la revolución en la década de 1910-1920, el gobierno dictatorial recurrió al procedimiento de la "leva", levantamiento  o secuestro de los ciudadanos para engrosar las filas del ejército represor.  Durante  las invasiones de fuerzas franceses y norteamericanas sí se convocó a la Guardia Nacional y se logró la participación de voluntarios patriotas.

Ahora, en 2020, la presencia del Ejército regular en las calles para participar en el combate a la delincuencia organizada, sólo puede significar que la organización de la actual Guarda Nacional es deficiente e ineficaces sus acciones, o una no declarada presencia de una amenaza real provocada por una oposición irresponsable y fratricida que apuesta a la guerra civil para acceder de nuevo al poder.

La presencia de grupos paramilitares dotados de armas sofisticadas introducidas de contrabando al país, que reclutan a  ex-militares y ex-marinos,  que están financiados generosamente por giros negros o delincuentes de cuello blanco, es de hecho una amenaza a las instituciones democráticas, que podría explicar la movilización de las fuerzas armadas.

La seguridad pública requiere de organizaciones policíacas bien administradas, con planes y programas bien definidos, con una  estructura organizacional eficiente, con suficientes recursos  materiales, financieros, humanos y tecnológicos para enfrentarse  a   una delincuencia organizada que se ha convertido en una seria amenaza para la vida civilizada.









NO SON CONFIABLES LAS SOCIEDADES DE PADRES DE FAMILIA


El gobierno federal está entregando dinero público a las sociedades de padres de familia (SPF), que pertenecen al grupo  de las asociaciones civiles y organizaciones no gubernamentales que no rinden cuentas claras  de sus actividades económicas y no son objeto de auditorías.

El mantenimiento de  la infraestructura de las escuelas públicas es  función de la Secretaría de educación pública y de las autoridades estatales y municipales en sus respectivas áreas de responsabilidad.

Si las sociedades de padres de familia quieren cooperar en el mejoramiento de los planteles educativos es a título de asociación privada con fondos  obtenidos de donaciones o subsidios de sociedades de beneficencia legalmente reconocidas. Y la obtención de esos recursos debe ser transparente, porque las donaciones se prestan a lavado de dinero y evasión de impuestos.

Las sociedades de padres de familia han estado operando al margen de la ley al exigir cuotas por la inscripción de alumnos. Las autoridades educativas no han hecho nada para remediar esta anomalía.Ahora es un tanto peor,  porque se les entregan recursos federales cuyo ejercicio requiere de una planeación y programación, de transparencia y rendición de cuentas.

Las SPF han sido utilizadas por la reacción conservadora para reforzar sus frentes  de oposición. Si el gobierno les hace la concesión de manejar recursos públicos como una estrategia o táctica para frenar la ola de críticas de la derecha, apenas tiene explicación, pero no justificación.


jueves, 7 de mayo de 2020

EVOCACION. Poema



                                 EVOCACION
                                  Aurelio Altamirano Hernández.
Para recitar suavemente  al atardecer, junto al mar, bajo un crepúsculo encendido de carmín y oro, en recuerdo de  los años mozos.

No sé por qué los hálitos postreros
Del día azul que muere en lontananza
Agitan tu recuerdo en el ambiente,
Para evocar los  ósculos primeros
Que tiemblan tiernamente en la añoranza
Y la pasión de nuestro amor vehemente.

Tu imagen vuelve a mí cuando la tarde
Se envuelve misteriosa en leve tul
Y enciende su crepúsculo dorado
En infinito pebetero que arde
Sobre un etéreo cortinaje azul
Tejido de  zafiro  y de brocado.

Como si fueran joyas deslumbrantes
Despliega el mar  sus  límpidos  encajes
Al soplo acariciante de la brisa,
Espumas que al quebrarse en mil diamantes
Al breve resplandor de los celajes
Semejan el fulgor de tu sonrisa.

Como ésta muchas tardes luminosas
Se fueron como se van los sueños inasibles
Tras la quimera de un amor en vano.
Como si fueran leves mariposas
Llevándose mis ansias imposibles
Alzaron vuelo hacia un mundo lejano.

Pero hay sol, quizás por un instante;
La vida excita sus preciados dones
Para ofrendar su iris vespertino
En el altar de Venus rutilante.
¡Espera, Juventud, no me abandones!
¡Hay rosas que cortar en el camino!

AURELIO ALTAMIRANO HERNANDEZ.
Enero de 1957.