viernes, 15 de mayo de 2020

IRREGULAR LA SITUACION DE LA GUARDIA NACIONAL.

 El concepto de Guardia Nacional se ha tergiversado en México. Se ha creado una institución paralela al Ejército, a la Marina y a las corporaciones policíacas para encargarse de la seguridad pública, con elementos de línea de esas mismas instituciones armadas.

 En opinión del ciudadano de la calle, bastante informado por la experiencia vivida de abusos cometidos contra los derechos humanos en épocas recientes, sólo se trata de una simulación, no hay un organismo nuevo, son las mismas fuerzas armadas con uniforme diferente, bajo las órdenes de mandos militares, no de la autoridad civil.

Una Guardia Nacional legítima es una organización de ciudadanos civiles convocados por el Gobierno para asumir funciones de orden  en ámbitos civiles, para apoyar a las corporaciones policíacas en el  cumplimiento de la Ley.
No es una organización militar ni está armada para enfrentarse a grupos paramilitares, guerrillas , saboteadores y terroristas; porque si así fuera tendría que enfrentarse también a núcleos de  población aliados o cómplices de los delincuentes y declararía una guerra civil.

Otra función importante de la Guardia Nacional es constituirse en un cuerpo de ejército coordinado por el Ejército de línea, para enfrentarse a una invasión, al ataque de la independencia y la soberanía nacional por fuerzas extranjeras. Los ciudadanos civiles son convocados por el Gobierno para que de manera voluntaria se sumen a las fuerzas de resistencia ante el invasor. Sólo en casos extremos se recurre a la imposición de la ley que obliga a los ciudadanos a defender el patrimonio nacional en  caso de guerra extranjera.

En los tiempos de la revolución en la década de 1910-1920, el gobierno dictatorial recurrió al procedimiento de la "leva", levantamiento  o secuestro de los ciudadanos para engrosar las filas del ejército represor.  Durante  las invasiones de fuerzas franceses y norteamericanas sí se convocó a la Guardia Nacional y se logró la participación de voluntarios patriotas.

Ahora, en 2020, la presencia del Ejército regular en las calles para participar en el combate a la delincuencia organizada, sólo puede significar que la organización de la actual Guarda Nacional es deficiente e ineficaces sus acciones, o una no declarada presencia de una amenaza real provocada por una oposición irresponsable y fratricida que apuesta a la guerra civil para acceder de nuevo al poder.

La presencia de grupos paramilitares dotados de armas sofisticadas introducidas de contrabando al país, que reclutan a  ex-militares y ex-marinos,  que están financiados generosamente por giros negros o delincuentes de cuello blanco, es de hecho una amenaza a las instituciones democráticas, que podría explicar la movilización de las fuerzas armadas.

La seguridad pública requiere de organizaciones policíacas bien administradas, con planes y programas bien definidos, con una  estructura organizacional eficiente, con suficientes recursos  materiales, financieros, humanos y tecnológicos para enfrentarse  a   una delincuencia organizada que se ha convertido en una seria amenaza para la vida civilizada.









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