CIEN AÑOS DE EDUCACIÓN PÚBLICA
EN MÉXICO.
Una visión general, panorámica,
de cómo se ha desarrollado
la educación pública en
nuestro país en los últimos cien años.
Aurelio Altamirano Hernández
Los primeros veinte años.
En
la década 1910-1920 la república convulsionada por la guerra no tuvo los
recursos necesarios para atender con el mínimo de calidad la educación en todos
sus niveles.
La
situación de la educación popular en ese periodo no presentó avances
significativos respecto al estado que guardaba antes del movimiento revolucionario; más bien sufrió
trastornos ocasionados por el estado de guerra en el que ni las
autoridades establecidas ni los jefes de las rebeliones podían atender los servicios públicos con mediana calidad.
El
antiguo régimen sólo atendió las llamadas escuelas cantonales establecidas en
el medio urbano. Las poblaciones rurales carecían de escuelas primarias; algunos
mentores improvisados enseñaban a leer y escribir a un escaso número de niños
de familias con recursos. La población en edad escolar se dedicaba a ayudar a
los padres en las labores del campo y el hogar.
Escaso número de mujeres y
varones de las clases campesina y obrera
tenían acceso a la educación, en abierta desventaja frente a las oportunidades de los miembros de las clases
acomodadas.
Las
estadísticas de 1907-1908 registran 9,541 escuelas primarias con una población
inscrita de 682, 459 alumnos.
El inicio de la etapa constructiva.
Los
datos de 1921-1922 reportan la
existencia de 11,041 escuelas primarias con una inscripción de 858,040 alumnos.
y se tienen los primeros registros con una nómina de 22,939 maestros. Comparadas
con los datos de 1907-1908 se observa un incremento de 1,500 escuelas y 175,581 alumnos. (Fuente SEP). Después de 1920, se crearon las
primeras escuelas prácticas de agricultura y escuelas normales rurales con el
propósito de formar maestros de instrucción primaria para el medio rural.
En
el periodo 1920-1924, el gobierno se propuso dar cumplimiento a los postulados
revolucionarios en materia de educación. El 29 de septiembre de 1921 se crea la
Secretaría de Educación Pública. Es de
mencionarse el impulso que dio a la educación popular, desde la primaria hasta
la Universidad; se establecieron misiones culturales, bibliotecas comunitarias, la primera campaña
de alfabetización, los primeros libros
de texto gratuitos y la revista
“El Maestro”. Enfrentó a la incomprensión
de los grupos que pretendían seguir conservando sus privilegios o de los que
buscaban para pronto cambios más radicales. Es significativo que el ministro de
instrucción haya renunciado bajo la presión de los radicales que lo acusaron,
entre otras cosas, de no tomar en cuenta las aportaciones de nuestras culturas
indígenas en el nuevo diseño de la educación pública.
También
se dificultó en el medio rural la
aplicación de la reforma educativa
por la sistemática oposición del clero,
que vio desdibujarse el tutelaje del cura o sacerdote frente al
nuevo liderazgo del maestro rural. Muchos maestros rurales fueron perseguidos,
asesinados y mutilados.
La
fundación de escuelas primarias y misiones culturales hasta en los lugares más remotos de la geografía
nacional significó un paso importante en
la tarea de erradicar el analfabetismo y combatir la ignorancia, el fanatismo y la
superstición. En cuanto a número de
escuelas, de maestros y en calidad de la enseñanza, la educación media,
secundaria y bachillerato, siguió presentando deficiencias
Durante
el periodo 1924-1928 se fomentó la
educación pública creando un mayor número de escuelas en el ámbito rural, tanto
de la educación básica y la de segunda enseñanza, así como la formación del magisterio para el medio rural:
escuelas prácticas de agricultura y escuelas normales rurales.
Mediante los decretos del 29 de septiembre y
22 de noviembre de 1925 se formalizó la creación de la escuela secundaria En
1936 se inició la formación de maestros de segunda enseñanza con la creación
del Instituto de profesores de enseñanza
Secundaria. La Ley orgánica de educación
pública de 1942 crea la Escuela
normal superior de México, institución que ha venido realizando una labor trascendente en la formación de maestros de enseñanza
secundaria. La preparación de maestros para este nivel educativo, se venía realizando desde años anteriores a
través de instituciones denominadas de diversas maneras: Escuela normal superior o Escuela
normal universitaria adscrita de 1921 a 1929 a la Universidad nacional; Instituto de preparación del profesorado
de enseñanza secundaria creado en 1935, mismo que en 1936 se transformó en Instituto de preparación para profesores de
enseñanza secundaria; a partir de
1940 se llamó Instituto nacional del magisterio de segunda
enseñanza; en 1942 se denominó Centro
de perfeccionamiento para profesores de enseñanza secundaria y en ese mismo
año la Ley orgánica de instrucción pública la transformó en Escuela Normal Superior de México, nombre que conserva actualmente. Dos décadas de imprecisión y vaivenes
hasta en la denominación de un centro superior de estudios. Así estaba la
indefinición en los planes y programas educativos, acosados por los intereses
políticos y económicos ocupados en fijar directrices a la educación.
Los
estudios superiores recibieron un impulso con la fundación de la Universidad
Nacional en 1920 y en 1929 se logró la autonomía de la misma para efectos de su
administración interna y la libertad de cátedra. A partir de la implantación
de la autonomía universitaria que se realizó en 1929 se dio la expansión del número de universidades oficiales.
En la
década 1920-1930 también se
impulsó la creación de escuelas técnicas para la
capacitación de la clase obrera.
La polémica educación socialista.
La
reforma educativa del periodo 1924-1928 se orientó hacia la escuela socialista, según una interpretación propia
de la época en que estuvo vigente el
primigenio artículo 3º constitucional.
La
propaganda contra la escuela llamada socialista
trató de confundir al pueblo, y lo logró en parte, presentándola
como una reproducción calcada del sistema educativo del comunismo. El liberalismo individualista de las clases
privilegiadas había puesto de moda usar esa comparación equivocada con la
intención de estigmatizar las luchas sociales. En
realidad, la escuela socialista inauguró una etapa de reencuentro del pueblo
mexicano con sus raíces alimentadas en la ideología de los movimientos
de Independencia y de Reforma del siglo anterior. Se trató de reactivar el
nacionalismo, para orientarlo hacia la comprensión de los problemas sociales, con el propósito de encontrarles la mejor
solución en el marco de la doctrina de la solidaridad social.
La escuela socialista fortaleció
el muralismo, que había cobrado impulso desde el periodo 1920-1924, como un instrumento idóneo para hacer llegar
al pueblo el conocimiento de su propia historia. La escuela muralista mexicana
está representada por las obras de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José
Clemente Orozco. Igual tratamiento recibieron
la literatura y la música inspiradas en los temas de la nacionalidad; en
este contexto destacan en la literatura las obras de Gregorio López y Fuentes,
Mariano Azuela, Martin Luis Guzmán, Rafael F. Muñoz, Heriberto Frías, Jorge
Ferretis, de contenido nacionalista pero mal denominadas “novelas de la
revolución”. En la música son
notables las obras de Manuel M. Ponce,
José Pablo Moncayo, Carlos Chávez, Blas
Galindo y Silvestre Revueltas.
No hay duda de que la educación, en ciertos
casos, tuvo una orientación socialista con repercusión en el ámbito político; basta leer la obra intitulada “Lecturas
populares” de Esperanza Velásquez Bringas, funcionaria del régimen callista, y
en la que se advierte marcada inclinación
por los temas, autores y
personajes ligados a las luchas
sociales.
El compromiso social de la educación.
En
materia de educación, en el periodo 1934-1940
se siguió dando impulso a la escuela
en el medio rural, se incrementó el número de planteles del nivel primario y la formación de maestros
en las Escuelas Normales Rurales; se creó la Escuela Nacional de Maestros y se
inició la reestructuración de la Escuela Normal Superior.
Se
aumentó el número de escuelas técnicas para la capacitación de los
trabajadores, que se convirtieron en el antecedente de la máxima infraestructura para
la educación superior del sexenio: el
Instituto Politécnico Nacional.
El 1 de enero de 1936 se creó el Instituto
Politécnico Nacional (IPN), con una oferta académica a nivel medio superior,
nivel superior y de posgrado y varios centros de investigación. Es una de las
mejores instituciones de educación superior de México y América latina para la formación de
técnicos y profesionales en las ciencias, ingeniería, administración y nuevas
tecnologías. Ha ampliado su cobertura con los Campus de Guanajuato, Zacatecas e Hidalgo y los Centros de investigación interdisciplinaria
para el desarrollo industrial regional (CIIDIR). El Centro de investigación y estudios avanzados, ubicado en
Querétaro, es un órgano descentralizado del IPN
dedicado a trabajos de alta especialidad en diversas áreas de la ciencia
y la tecnología.
Se
dejó bien claro el compromiso social de la educación. La escuela tenía que participar decididamente
en la formación del ciudadano consciente de sus deberes y derechos. Los viejos
libros de texto de la escuela
tradicional fueron sustituidos por otros
de gran contenido progresista, como “El
Porvenir” del maestro Ignacio Ramírez
que marcó el rumbo a toda una generación de educadores. Se creó el Departamento
autónomo de publicidad y propaganda, (DAPP) que realizó una labor
trascendente con la edición de los primeros libros de texto gratuitos para los
seis grados de la educación primaria,
redactados por personajes --muchos de ellos ignorados--, de la talla de Adolfo López Mateos e Ismael
Rodríguez Aragón. José Clemente Orozco tuvo a su cargo la realización de los
grabados que ilustraron numerosas
publicaciones del DAPP.
En
la década 1930-1940 se advierte un periodo de consolidación en la aplicación
del precepto constitucional sobre educación pública: se insiste en su carácter
de gratuita, laica y obligatoria, se establece la supervisión de las escuelas
privadas y la obligación de que éstas sigan los programas oficiales del gobierno.
Nuevos avances en educación y cultura.
El
Instituto Nacional de Antropología e Historia se fundó el 3 de febrero de 1939
con el objeto de realizar investigaciones en antropología, historia y
arqueología, catalogación y custodia del patrimonio cultural, conservación y
restauración de los bienes culturales y la difusión a nivel nacional e
internacional de las grandes realizaciones culturales de la nación.
Las
estadísticas de 1941-1942 registran 18,555 escuelas primarias con una
inscripción de 2,017,141 alumnos. (Fuente SEP).
Con solo un aumento de cerca de 7 mil escuelas respecto a las cifras de
veinte años atrás, el incremento de la
inscripción registra un aumento de cerca de
1,200,000 alumnos. No se dispone de una cifra confiable del total de
maestros de educación primaria de esta época; pero, si los números de escuelas
y alumnos son razonablemente correctos
se puede hablar de mayor eficiencia de la política educativa. (Fuente SEP).
La
organización del personal docente y administrativo del ramo de la educación
estaba a cargo de varias asociaciones sindicales, algunas de bajo rango
numérico y otras clasificadas como federaciones y confederaciones. Todas estas
agrupaciones se reunieron para fundar el Sindicato Nacional de Trabajadores de
la Educación el 30 de diciembre de 1943.
El SNTE creció enormemente; actualmente
rebasa el millón y medio de afiliados
entre personal docente y administrativo.
El
19 de marzo de 1945 se crea el Instituto
federal de capacitación del magisterio con cuarenta y seis centros
distribuidos en todo el país dedicados a la capacitación de miles de maestros
en servicio. El Instituto publicó más de doscientos libros que forman la Biblioteca Pedagógica
del Magisterio.
En la década de 1950 funcionaron los Centros de cooperación pedagógica, organizados por la Dirección general de enseñanza primaria y
supervisión en los estados y territorios, de la SEP conocida como “Rurales”, a manera de misiones
culturales integradas ´por pedagogos y técnicos en educación que reunían a
maestros del medio rural para incrementar y actualizar sus conocimientos en
técnicas de la enseñanza.
En
1948 se fundaron los primeros Institutos Tecnológicos en Durango, Chihuahua, Saltillo y Ciudad Madero
y en 1957 se fundó el de Orizaba, dependientes
del Instituto politécnico nacional (IPN). A partir de 1959 pasaron a depender
directamente de la Secretaría de educación pública y se inició una etapa en la que los
Institutos tecnológicos enfocaron su acción a la formación de profesionales en
respuesta a las necesidades del medio económico
y social del sitio geográfico en que se ubican. En 1978 existían ya 48 Institutos tecnológicos y los primeros centros de
investigación y apoyo a la educación tecnológica. En 1979 pasaron a integrar el
Sistema nacional de institutos
tecnológicos (SNIT) y en la década
siguiente aumentaron 12 Tecnológicos que
organizaron más centros de investigación
en sus planteles.
En
1990 se implementó el esquema de los Institutos
tecnológicos descentralizados que operaron como órganos descentralizados de los gobiernos
estatales. La reestructuración del
sistema educativo en 2005 incorporó los
Institutos tecnológicos a la Subsecretaría
de educación superior y finalmente por decreto del 23 de julio de 2014 se crea
el Tecnológico nacional de México (TNM) como órgano desconcentrado de la Secretaría de educación pública. El Tecnológico Nacional de México (TM;) es un subsistema de educación superior
que abarca todos los Institutos Tecnológicos
federales y los descentralizados, que suman 260 instituciones, más un
Centro interdisciplinario de investigación y docencia en educación técnica
(CIIDET), un Centro nacional de investigación y desarrollo tecnológico (CNIDET)
y cuatro Centros regionales de
optimización y desarrollo de equipo (CRODE).
Es
importante señalar que la existencia en
el país de tres subsistemas de educación superior: universitaria (UNAM, UAM y
universidades estatales), politécnica
(IPN) y de institutos tecnológicos
(TNM), requiere justificación, para lo
cual debe garantizar a la población estudiantil
del nivel educativo medio superior el acceso a sus aulas para continuar
sus estudios profesionales, mediante un continuo mejoramiento de su capacidad
instalada y de su personal docente; así
como de una eficiente difusión de las necesidades de desarrollo económico,
social y cultural de su cobertura geográfica. Por otra parte, es necesario mejorar la orientación vocacional en los
centros de educación media superior y crear un sistema de incentivos y estímulos
para los estudiantes de mejor calificación.
Con
el nombre de Departamento de bellas artes
y posteriormente Dirección general de educación extraescolar y estética, la Secretaría de educación pública asignó
hasta finales de los años cuarenta del siglo pasado una dependencia encargada
de la educación artística. La importancia de las artes en la conformación de la
cultura en general, justificó la
creación en 1950 del Instituto nacional
de bellas artes (INBA) con el
propósito de organizar la educación
artística, promover la creación de obras de arte, y la difusión de las bellas
artes en general. En 1988 el INBA se
incorporó al Consejo nacional para la
cultura y las artes y en 2015 a la Secretaria
de cultura.
En
1948 ya existían 11 universidades, 5 escuelas técnicas superiores, 30 escuelas
técnicas industriales y de nivel medio superior y estaba consolidado el
Instituto politécnico nacional (IPN) como centro formador de los
profesionales que necesitaba la industrialización del país.
Tuvieron
que transcurrir muchos años para que
madurara el proyecto de construir edificios propios para las escuelas y
facultades de la Universidad nacional,
que venían ocupando antiguas construcciones mal adaptadas a sus nuevas
funciones y dispersas en el ámbito de la capital. La idea central fue desde un
principio reunir en un solo sitio a todas los planteles universitarios. En 1949 se iniciaron los trabajos previos de
construcción de la nueva universidad, en 1950 se colocó oficialmente la primera
piedra y finalmente el 20 de noviembre de 1952 fue inaugurada la Ciudad
Universitaria, modelo en su género, y considerada por la UNESCO como Patrimonio
Mundial desde 2007 por ser “una obra
maestra del genio creativo del hombre”.
La
necesidad de contar con mano de obra calificada a nivel medio superior en
la década de los años 60 hizo necesaria
la creación de centros de capacitación
para el trabajo industrial. Los datos del periodo 1970-1971 registran con una
inscripción de 1,704, 951 alumnos y 43,399 maestros.
En
el contexto de la “guerra fría” entre los EE. UU. y la URSS, las movilizaciones democráticas que se venían
realizando en los países en proceso de desarrollo (periodo de 1950-1970), se configuraron en una acción internacional
que dio origen a los movimientos de
liberación nacional. En México, el Movimiento de liberación nacional (MLN) en su programa de acción de agosto
de 1961, en el considerando de Cultura y
educación, dejó constancia de sus
propósitos orientados al mejoramiento de la educación y la cultura, retomando los principios revolucionarios que
inspiraron la redacción original del Artículo 3° constitucional.
El
29 de diciembre de 1970 se fundó el Consejo nacional de ciencia y tecnología
como institución encargada de realizar los estudios y proyectos orientados al
aprovechamiento de los recursos para la producción agropecuaria y la
industrialización y enfocados al desarrollo rural y la investigación científica y tecnológica. Asimismo, se le encomendó realizar las
investigaciones necesarias para el mejoramiento de la salud, la alimentación y
la educación. Otorga becas a estudiantes
destacados que realizan estudios de especialización, maestrías y
doctorados, en el país y en el
extranjero. Cuenta con el Sistema
nacional de investigadores (SIN) que reúne
a científicos y tecnólogos de alto nivel, dedicados a tareas
de investigación muy específicas
o multidisciplinarias.
Con
el fin de ampliar la cobertura de la educación universitaria de la ciudad de
México y descentralizar las labores docentes y de investigación bajo nuevos
conceptos de la educación universitaria, la
Ley Orgánica de la Universidad Autónoma Metropolitana del 1 de enero de 1974 creó la
UAM, institución educativa superior descentralizada, que cuenta actualmente con cinco unidades: Iztapalapa, Azcapotzalco, Xochimilco, Cuajimalpa y Lerma.
Por
decreto del 25 de agosto de 1978 se creó la Universidad pedagógica nacional (UPN),
con el propósito de formar profesionales de la educación en licenciaturas y
posgrados para la atención del sistema educativo nacional. En 2017 reporta la
existencia de 76 unidades y 208 subsedes, aunque no se dan explicaciones sobre
la subocupación de las mismas.
Los
datos de 1981-1982 reportan la existencia de 76,024 escuelas primarias con una
inscripción de 14,981,150 alumnos. Comparados con los datos de 1941-1942, se
observa un incremento de más de 58,000 escuelas
y de más de 12 millones de alumnos inscritos. Hacia la década de los
ochenta el número de maestros de educación primaria rebasaba ya notablemente el
millón de docentes.
El Consejo nacional para la cultura y las artes (CONACULTA) se creó por decreto del 7 de
diciembre de 1988 con el fin de coordinar a todas las unidades administrativas
e instituciones públicas encargadas de promover y difundir las actividades culturales y artísticas.
CONACULTA impulsa estrategias orientadas
al fomento, preservación y desarrollo de
todas las áreas culturales del país.
Al
iniciar el siglo XXI, las cifras de los
años 2001-2002 señalan la existencia de
99,230 escuelas primarias con una inscripción de 14, 843, 381 alumnos.
En el año 2013, se observa una reducción a
99,140 escuelas y 14,580,379 alumnos que
la información oficial no explica.
Sobre esa base de datos de 2013, la estimación
para el año 2018 se calcula que rebasará las
100,000 escuelas y los 15 millones de alumnos del nivel básico. A
mediados de 2017 se maneja el dato oficial de más de 25 millones de estudiantes
de los niveles primario y medio superior, con un total cercano a los 2 millones
de maestros. No se encontró un desglose de cifras correspondientes a escuelas
oficiales y del sector privado.
Perjuicios de la
ideología política en la educación.
La
reforma del artículo 3º constitucional (1940)
significó un viraje a la política
educativa y de paso abrió las puertas a una corriente política conservadora ávida de reformas en la
estructura del Estado, demostrando que
ésta era posible desde las mismas esferas del poder público.
El
primer embate se dio contra el artículo 3º constitucional, mismo que fue
reformado y provocó las protestas de los
que pugnan por una educación
verdaderamente emancipadora, racional, científica, laica, democrática y popular. Se abrieron las puertas a la
inversión privada en la educación, a través de las escuelas particulares desde
el jardín de niños hasta la universidad. De esta manera,
la iglesia católica que tiene mayor presencia religiosa en el país, fortaleció
su participación, por la que siempre ha
luchado, de intervenir directa o
indirectamente en el ámbito de la
educación popular.
En el periodo 1940-1946 el analfabetismo siguió teniendo aún cifras
muy elevadas principalmente en el medio rural,
a pesar de la campaña de alfabetización que se implementó con grandes
recursos presupuestarios. Acorde con la tesis de revisionismo sustentada por el
nuevo régimen se eliminaron los libros de texto gratuitos del sexenio
anterior. En su lugar se hicieron ediciones masivas de libros de contenido anodino y lírico para una lectura de entretenimiento, como “Alma Latina” de Francisco Rojas
González. Asimismo se hicieron reimpresiones
de la recopilación intitulada
“Lecturas para niños” divulgada
en los primeros años de la década de 1920, en la que se incluyen temas de la literatura
universal; pero se omiten los que se
refieren a las tradiciones de nuestras culturas indígenas así como otras creaciones de la literatura maestra universal.
En
la segunda década del siglo XXI se observan deficiencias en la formación de maestros rurales. Las escuelas normales rurales, que tuvieron
de antecedente las escuelas prácticas de agricultura y que fueron creadas en la
década de 1920 con el propósito de
formar personal docente identificado con las necesidades del medio rural, no
recibieron el mismo apoyo que tuvieron en los gobiernos de 1924 a 1940. Los estudiantes de estas
instituciones, de extracción campesina, organizados en la federación de estudiantes campesinos socialistas (FECS) e
incorporados a la confederación de
jóvenes mexicanos (CJM) han sido,
desde entonces, discriminados injustamente y señalados como alborotadores y
comunistas.
Los
estudiantes de las escuelas normales rurales en su gran mayoría han sido y son de extracción campesina, procedentes de
remotos poblados marginados y poseedores
de una firme conciencia de clase, por lo que su actuación social ostenta claramente un perfil identificado con
la corriente de la izquierda revolucionaria. En su calidad de estudiantes se
han mostrado proclives a abrazar las doctrinas del socialismo más avanzado; en
este punto se hicieron especialmente activos un grupo de escuelas normales
rurales, desde las décadas de 1940-1960,
entre las cuales destacaron entre otras las de El Mexe (Hidalgo) y Ayotzinapa (Guerrero).
La normal rural de El Mexe fue fundada en 1926 y realizó una fructífera
labor formativa de docentes por más de ochenta años. En febrero de 2000, después de varios enfrentamientos con la
policía estatal que reprimió las
protestas estudiantiles por demandas de mejoramiento del plantel, entró en crisis de hostigamiento por parte de las
autoridades y finalmente fue clausurada en 2006. La normal rural de Ayotzinapa ha sido hostilizada seriamente en diversas ocasiones, junto con
la de El Mexe y muchas más, y desde los años 70 del siglo anterior se le satanizó, porque en sus aulas se
formaron líderes estudiantiles y magisteriales que fueron perseguidos como guerrilleros cuando en realidad eran solamente
fugitivos de la represión policíaca y militar.
En septiembre de 2014 ocurrió la desaparición forzada de 43
estudiantes de la normal de Ayotzinapa,
que no han aparecido, y cuyo secuestro
dio motivo a un escándalo de alcance internacional que pone en entredicho la
procuración de justicia y de los derechos humanos en México.
Política
conservadora en la educación popular.
El
sistema educativo nacional a medida que fue ampliando su cobertura fue también
acumulando vicios en la planeación y programación de sus recursos, y en varios
niveles ni siquiera hubo aplicación de una metodología racional.
El
abandono de la política educativa revolucionaria generó, entre otras, las siguientes situaciones:
1. Sistema
clientelar para la asignación de las plazas docentes, con la complicidad
de autoridades y sindicato, problema existente desde décadas atrás y que
se agudizó notablemente desde que la lucha sindical interna se orientó a la
conquista de la dirigencia y de votos para servir a las políticas partidistas. Se institucionalizó la corrupción en torno a
los recursos financieros. Se desentendió el sistema educativo de su función social de contribuir a la formulación
de una política educativa acorde con los principios de la revolución social que
dio vida a los sindicatos.
2. Salario
deficiente de los maestros; no ha habido aumento significativo. Desde las
protestas de los años 50 del siglo XX encabezadas ´por las secciones disidentes del SNTE no ha habido
una acción coordinada a nivel nacional para procurar el mejoramiento salarial
de los trabajadores de la educación. Fuera de las prestaciones que otorga a
(ISSSTE), no existe una acción coordinada para el mejoramiento salarial.
3. Inversión
insuficiente del gobierno federal en educación, que apenas alcanza el 4% del
PIB, siendo el 8% el mínimo recomendado a nivel internacional. Las protestas
estudiantiles desde los años cincuenta, paralelas a las de los mentores en ese
mismo periodo, por mayores beneficios para la infraestructura escolar y el
personal docente, derivaron en la supresión de prestaciones a los alumnos
normalistas y politécnicos que fueron lanzados a la calle al suspenderles el
servicio de dormitorios y de comedores a que tenían derecho como becarios.
4. Deficiente
contenido de los libros de texto gratuitos,
que entre exclusiones de temas básicos
presenta deformaciones de la historia
nacional. Reducción de civismo y propósitos de eliminar la asignatura de
historia. La fundación de la Comisión
nacional de los libros de texto gratuitos, (CONALITEG) el 12 de febrero de
1959, significó un avance en la tarea de
poner la educación y la cultura en general al alcance de mayor número de la
población estudiantil. La Comisión, administrada
y dirigida desde entonces con criterio político ligado a compromisos
partidistas no ha estado
a la altura de los elevados propósitos que le dieron vida y ha permitido
que los libros de texto en buena parte se hayan convertido en instrumentos de
propaganda oficial.
5. Evaluación
de la labor docente sin previo examen
y valoración de los planes y
programas educativos preexistentes. Está
orientada más a la acción punitiva en cuanto sirve a una llamada reforma educativa que contiene
elementos de reforma laboral que atentan contra los derechos de los
trabajadores de la educación.
A
partir del año 1988 y con mayor énfasis a partir del 2000, la política
gubernamental se ha orientado hacia un modelo
educativo neoliberal, orientado a servir a la economía global del capitalismo, al que no le interesa la
formación de cuadros científicos y tecnológicos de los países en desarrollo,
sino únicamente la existencia de territorios proveedores de materias primas y
mano de obra barata.
En
2017, las reformas aplicadas a las escuelas normales están orientadas a la formación de docentes
individualistas, ajenos al concepto del maestro como elemento de
liderazgo comunitario, sólo interesados en el mejoramiento profesional personal y desligados del
compromiso de contribuir por medio de la educación al desarrollo social.
México
ocupa el último lugar entre los 34 países que integran la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en la evaluación de las aptitudes
de los estudiantes en ciencias, lectura y matemáticas.(2017).
Situación actual
de la educación en México.
Hay
que reconocer que en comparación con los años de la dictadura porfiriana (1876-1910)
los avances en el área de educación (1920-1940) y (1940-2000) son
significativos; por una parte, de una mejor atención prestada al ramo por los gobiernos identificados con
la etapa constructiva de la revolución, y,
por la otra, de un crecimiento
natural que responde a las necesidades de la expansión del capitalismo y de su
economía global, que trae aparejada también el fortalecimiento de la burguesía.
Pero, de todas maneras, esta atención y este crecimiento son insuficientes para
satisfacer las necesidades de las masas ´populares.
A
principios del siglo XXI el fracaso de las políticas educacionales está a la
vista. Solo 3 de cada 10 estudiantes entre los 18 y 24 años de edad están
matriculados en educación superior (2011-2012). A esto contribuye la falta de más universidades públicas, que solo
representan cerca del 60% del total de las existentes, públicas y privadas,
Desde
que el gobierno federal se deslindó de la responsabilidad de financiar la
educación media superior la crisis en este nivel educativo se ha hecho sentir
con mayor crudeza. No hay suficientes escuelas preparatorias oficiales para dar
cabida a miles de estudiantes y muchos egresados de las secundarias se quedan
sin ingreso al bachillerato y con escasas esperanzas de llegar a la
universidad. La admisión a la preparatoria, que antes se hacía de manera automática
con el certificado de secundaria, ahora se limita con los exámenes de admisión
que producen miles de reprobados, por la misma ineficiencia de los programas
educativos y la insuficiencia de recursos destinados a la educación.
Es insuficiente la capacidad instalada de las universidades públicas para dar cabida
a miles de solicitudes de egresados de los planteles de educación media
superior. Se ha tenido que implantar el programa de exámenes de selección para
el ingreso al nivel de licenciatura, con el resultado decepcionante de que
hay miles de rechazados que se quedan
sin acceso a la universidad. Si al número de rechazados se suma el de los que ni siquiera intentan acceder
a la educación superior por falta de
recursos, las cifras son alarmantes.
La gran cantidad de rechazados en los
exámenes de admisión a las universidades o al IPN hace
evidente el bajo nivel de
conocimientos de los egresados de las instituciones de educación media superior, principalmente de las oficiales,
porque de las privadas es casi siempre mejor la preparación de los que aprueban
el bachillerato. En esto influye también el diseño de los exámenes de admisión
a las universidades y al Politécnico,
formulados para restringir el número de
aprobados.
La
deficiente capacidad instalada de las preparatorias, universidades y demás
centros de educación superior ofrece una oportunidad dorada a las instituciones
educativas privadas. Solo los aspirantes de familias con recursos pueden pagar
las costosas colegiaturas; ellos encuentran
acomodo en las preparatorias y universidades privadas, que representan cerca
del 40% del total de universidades
existentes en el país. Estas instituciones en su mayoría carecen de la
infraestructura adecuada, de programas académicos eficientes, no tienen maestros de tiempo completo ni áreas de
investigación. Sólo atienden lo
indispensable para no perder su posición en el negocio de las empresas
dedicadas a la educación. Estas instituciones aprovechan la necesidad que
tienen las familias de altos ingresos de dar a sus descendientes una educación
privilegiada y orientada a la defensa de sus intereses de clase; hay además el
propósito de satisfacer el interés de algunos
de contar en la familia con títulos profesionales a falta de títulos
nobiliarios.
El
crecido número de aspirantes que no
aprueban los exámenes de admisión y no alcanzan cupo (15% de los aspirantes),
ha fomentado la inversión privada en los cursos preparatorios,
con sus respectivas ediciones de auxiliares didácticos a los que tienen acceso solamente los jóvenes
de las clases sociales que cuentan con
los recursos para asumir los costos.
Las
familias de altos ingresos casi siempre inscriben a sus hijos en escuelas
particulares, desde el jardín de niños hasta la universidad y no tienen la
preocupación de que sus vástagos no
alcancen cupo en las instituciones educativas.
Saben que la universidad privada del país –excepto una o dos instituciones--, no dispone de los recursos para una educación
de alto nivel, pero existe la posibilidad de enviar a sus hijos al extranjero
para cursar las maestrías y doctorados.
Los
problemas que enfrenta la educación en
México desde el nivel primario hasta las instituciones de educación superior,
tienen sus raíces en la política general que aplica el Estado al ramo de
educación. De poco sirve que la
Constitución consagre que la educación será obligatoria, gratuita,
científica y laica, si en la práctica el sistema educativo no cuenta con
suficientes recursos presupuestales, se orienta más en el nivel primario y
medio, a la formación de mano de obra calificada (obreros del campo y la
ciudad, artesanos, empleados de oficina y burócratas menores) para las
actividades elementales de los sectores: agropecuario, de transformación y
servicios, que si bien generan empleos lo hacen en escala insuficiente y con
salarios exiguos, como tampoco fomentan
la investigación y se atienen al uso de tecnología en su mayor parte importada
y obsoleta.
La deficiencia en el aprendizaje de las
ciencias físico-matemáticas se debe a la carencia de infraestructuras y
equipos, recursos financieros, personal docente y programas de enseñanza
idóneos. Como resultado se tienen miles
y miles de egresados no aptos para estudios superiores
que requieren de previa capacitación en física, química y matemáticas.
La Organización para la cooperación y el
desarrollo económicos (OCDE) informa
que México ocupa el último lugar en aprovechamiento escolar entre los 34 países que pertenecen a la
organización. Esta situación data de por lo menos los primeros 15 años del presente siglo.
En
los últimos seis sexenios que registran las peores cifras del producto interno bruto (PIB), los
profesionales egresados de las instituciones oficiales de educación superior
han enfrentado y enfrentan una alarmante situación de desempleo y subempleo.
Muchos graduados a nivel de licenciatura ante la falta de vacantes o por
los salarios no remuneradores que se les
ofrece en el ejercicio de sus carreras, prefieren dedicarse a otras actividades
como empleados de comercio, operadores
de taxis y autobuses, servidores públicos en áreas ajenas a su profesión, etc.
Por
otra parte, es notorio que los profesionales egresados de las instituciones
privadas en su gran mayoría tienen asegurado el empleo en las empresas
particulares, de las que sus familiares o amistades son socios o
directivos, y en los últimos tres
sexenios la nómina oficial de la alta burocracia ha cobijado de preferencia a profesionales
extranjeros o egresados de instituciones
privadas nacionales.
Hacia la privatización de la educación.
Se
habla en diversos foros de una tendencia hacia la privatización de la
educación. Los voceros oficiales lo niegan, pero analistas políticos y un
amplio sector de los trabajadores de la educación afiliados a la Coordinadora
nacional de trabajadores de la educación señalan como signos
reveladores de esa política, entre otros,
los hechos siguientes:
1. Escaso
presupuesto dedicado al ramo educativo, México destina sólo el 4.6% del PIB a
la educación, cuando el mínimo
recomendado por la ONU es del 8%. Desde
el sexenio 1982-1988 los recortes presupuestales por la mala situación de la
economía nacional, han afectado seriamente al ramo de educación pública. La
diversidad de organismos gubernamentales involucrados en el manejo de los
recursos, la falta de coordinación entre ellos y la falta de definición
constitucional en cuanto a responsabilidades de los tres niveles de gobierno,
Federación, Estados y Municipios, afecta al desarrollo de la escuela pública y
convierte a la educación en mercancía que aprovechan los comerciantes como
cualquier otro producto vendible.
2. Infraestructura
deficiente de las escuelas públicas, aulas y equipos escolares insuficientes,
baja preparación de los maestros, planes y programas orientados a la formación
de sólo alfabetizados funcionales y mano de obra calificada para servir como
obreros urbanos y del campo y únicamente como empleados de servicios. Esto deja a las clases de bajos ingresos sin
posibilidad de acceso a niveles superiores de educación y cultura y, en consecuencia, sin posibilidades
de formar sus propios cuadros dirigentes.
3. Libros
de texto que se modifican según la ideología
de cada sexenio gubernamental; con escaso contenido en ciencias físicas
y matemáticas, historia y civismo, por lo
que las familias --no muchas, por cierto--, con posibilidades, de dar una mejor educación a sus hijos tendrán
que realizar otras erogaciones que van a parar a manos de mercaderes. Se habla,
inclusive, del propósito de eliminar la asignatura de historia, que de
realizarse colocará a las nuevas generaciones en situación de ignorancia
respecto a las transformaciones políticas, económicas y sociales que han
modificado la vida nacional.
4. Intromisión
de la política partidista en el seno de las organizaciones sindicales para
debilitarlas, y de esa manera evitar que
los auténticos sindicalistas presenten un solo frente con propuestas
reivindicadoras de la verdadera función de la educación, que es el único recurso que libera de la ignorancia, el
fanatismo y la explotación. El Sindicato
nacional de trabajadores de la educación, dividido como está, no cuenta con
posibilidades de influir positivamente en la formulación de planes y
programas avanzados para consolidar un sistema educativo que garantice el
cumplimiento de los postulados constitucionales en la materia.
5. Aumento
en el número de escuelas privadas desde el jardín de niños hasta la
universidad, en las que la educación es una mercancía sólo al alcance de clases
sociales de alto poder adquisitivo. La insuficiencia del número de escuelas
públicas excluye a miles de aspirantes que no encuentran cupo y se convierten
en clientela potencial de los que lucran con la educación
6. Evaluación
del desempeño docente con un criterio empresarial, punitivo y orientado a seleccionar personal útil para
laborar en empresas lucrativas. No toma
en cuenta que el maestro tiene una función social en la investigación,
organización y desarrollo de la comunidad, que la calidad del trabajo del
educador requiere de la implementación previa de recursos presupuestarios, de
infraestructura, equipo e instrumental, órganos de capacitación, planes y
programas y tecnología de la educación de última generación.
7. También hay que reconocer que un elevado número de profesores se
desentienden de su mejoramiento profesional y no aprovechan plenamente para su
capacitación los servicios de la Universidad Pedagógica Nacional y otras
instituciones de educación superior que muestran subocupación. Disfrutar de los beneficios exiguos u óptimos
que ofrece la pertenencia a la burocracia es suficiente para la mayoría. Para muchos de los maestros, la posesión de
una plaza docente se convierte en patrimonio y meta final, que a la hora de la
jubilación se puede heredar a familiares o amigos, inclusive subastarse con la
complicidad de las autoridades.
Palabras finales.
La reforma educativa implementada en 2016 busca
evaluar el desempeño docente sin antes aplicar la evaluación a la política del
Estado en el ramo de la educación; la
aplica sin contar con el consenso de las
partes interesadas; es tan simplista como examinar y calificar un objeto sin
conocer el sistema que lo produce. La
llamada Reforma educativa aplicada
en 2016 contiene elementos que constituyen
una reforma laboral que afecta los intereses de los trabajadores docentes.
Disimulada bajo la denominación de Servicio
profesional docente se pretende asignar a los maestros a un apartado en el
cual se les coloca como cualquier
profesional cuyos servicios son contratados a discreción, dependiendo de la
calidad y grado de satisfacción de su
desempeño a juicio del empleador o patrón. . No se les reconoce su calidad de
servidores permanentes del sistema educativo,
con derecho a todas las prestaciones que otorgan las leyes laborales y
los contratos colectivos de trabajo.
La
calidad del ejercicio magisterial es producto del sistema educativo nacional y
si no se modifica de manera positiva la política del sistema los resultados seguirán siendo los
mismos.
Ciudad
de México, Agosto de 2017.