EN POLITICA, PRIVILEGIAR EL DIALOGO
Por Aurelio Altamirano Hernández.
Los Gobernadores tienen en CONAGO un foro para el diálogo
democrático. Si no lo saben aprovechar algunos
y prefieren el conciliábulo, el
complot y la conspiración, allá ellos, con sus acciones clandestinas sólo se
convierten en subversivos.
Un Gobernador tiene una categoría política y social superior
a la de ser líder o promotor de un partido político. Tiene la responsabilidad de gobernar un
Estado, de velar por los derechos al bienestar de todo el pueblo a su cargo, no de servir a una élite o a intereses partidistas.
Los líderes de un partido político, de cualquier color que
sea, disponen también de foros para discutir sus propuestas y acordar medidas
que van a beneficiar su partido. Si son verdaderos profesionales de la política
sabrán ventilar sus diferencias en plan de altura, examinarán las
controversias anteponiendo el interés
nacional y del partido a las conveniencias personales.
Si en lugar de dialogar en el seno del partido, se van, cada
quién a sus tribunas favoritas a la vista de todo el mundo, antes de buscar el
acuerdo en el ámbito interno, lo único que resalta es que buscan el
protagonismo y hacen proselitismo, para acabar sembrando la confrontación, la
confusión y la pérdida de la unidad de acción.
El estrepitoso fracaso de varios partidos políticos, del cual
hemos sido testigos recientemente, se debe a la profunda división interna que
fueron alimentadas por sus continuos desencuentros exhibidos abiertamente a la luz pública. Lo
peor del caso, en ocasiones fueron sobre temas no sustanciales para la
ideología del partido, si es que se manejaba alguna bien definida.
Cualquier traspié es aprovechado de inmediato por el adversario, que está a caza de
oportunidades para aumentar su número de adeptos. Si a eso se suma la falta de
consolidación como partido con cuadros bien capacitados, con contrapesos macizos que equilibren los factores de poder,
y una estricta vigilancia para cerrar el paso a espías, traidores y arrimados
que sólo buscan acomodarse, las bases de un partido político se debilitan y cunde la desesperanza y la desbandada.
Ciudad de México, 26 de junio de 2020.
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