lunes, 22 de agosto de 2016

EL PROBLEMA ECONÓMICO DE LA EDUCACIÓN.




EL PROBLEMA ECONÓMICO DE LA EDUCACIÓN.

Por  Aurelio  Altamirano  Hernández.

            No nos parece extraño que todavía existan individuos que no saben lo que es educación y mucho menos pueden comprender la problemática de esta superestructura social.

            Pero lo que sí desentona con el ritmo del progreso que se nota en la concepción de los fenómenos sociales, es el desesperado intento de presentar el problema educativo nacional como algo desligado de las circunstancias económicas por las que atraviesa el país, creyendo que de esta manera se puede justificar el interés de regresar la práctica educativa a sistemas ya superados, que ya llenaron su misión histórica y no pueden, de ninguna manera, representarse como instrumentos salvadores de la situación.

            México no tiene resuelto en forma favorable el problema de la educación de las masas, porque la educación, consecuencia directa de la economía en cuanto ésta representa el conjunto de necesidades materiales y morales de una entidad y las capacidades naturales de la misma para satisfacerlas, sólo es posible cuando otras necesidades primordiales del individuo y de la sociedad se han satisfecho, y aquí, en México, no se ha dado el caso anhelado de que se dieran soluciones felices a problemas económicos fundamentales, si bien en algunas situaciones las fórmulas salvadoras se han encontrado y se han ido aplicando poco a poco.

            La cultura sólo fue posible cuando el hombre económico tuvo disponible un margen de energías utilizables en la tarea de atender su necesidad de superación intelectual y moral.

            Fundamentalmente, la cultura significa producción de bienes materiales e ideales que tienden a buscar la felicidad humana: por eso se puede hablar de cultura existente, si bien en forma rudimentaria, hasta en las más simples manifestaciones de la existencia individual y colectiva del hombre de la antigüedad; sin embargo, lo que es cultura superior, como la que se hace necesaria para la sociedad humana en los tiempos modernos, tiene un carácter especial que le imprime la necesidad de enmendar, al mismo tiempo que construir hechos loables los yerros seculares de la Humanidad.

            La sociedad humana ha errado su vida desde el momento mismo en que ha errado el camino que conduce a la justicia social, a la correcta distribución de la riqueza social y es conforme a este criterio como debe entenderse el porqué de los errores que se manifiestan en las demás superestructuras sociales, como la educación.

            El primer aspecto del problema educativo comprende la producción de bienes suficientes para condicionar la realización fructífera del trabajo de enseñar, instruir y capacitar al individuo para su mejor contribución a la resolución de los problemas humanos, y el segundo aspecto de la cuestión abarca, junto a la necesidad de planes, programas y métodos eficaces, la necesidad de que los bienes materiales y morales que sustentan a la educación tengan una feliz distribución entre todos los elementos integrantes de la sociedad. Por eso la clave de la solución del problema educativo nacional está en la superación del trabajo productor de satisfactores primordiales,  anteriores a la educación, como es el de la producción de alimentos y la formulación de planes, programas y métodos educativos acordes con la realidad nacional, y, sobre todo la necesidad de condicionar y realizar una mejor distribución de la riqueza colectiva.
Es necesario que se disponga de suficientes recursos financieros, materiales, tecnológicos y de manera especial de recursos humanos para fortalecer el sistema educativo.  Pretender la imposición de una reforma educativa elaborada sin consultar la opinión pública, sin recabar el consenso suficiente de las partes interesadas y de los conocedores del problema, es atentar contra los intereses del pueblo.

En la etapa constructiva de la Revolución social  (1920-1940) se crearon las bases de la educación popular, con una masiva construcción de escuelas rurales, desde las elementales de la educación primaria hasta las de formación de maestros para el campo. De esa infraestructura existen todavía muchas escuelas de enseñanza básica de la época citada, en tanto que las Escuelas prácticas de Agricultura desaparecieron para dar lugar a las Escuelas Normales Rurales, mismas que han contribuido de manera fehaciente a formar generaciones de maestros conscientes de su responsabilidad social, fieles a su origen y a su clase y que ahora se enfrentan a la discriminación y satanización.

Desde luego, para una mejor educación es necesario contar con maestros mejor preparados. Ese fue el objetivo de las instituciones federales para la capacitación del magisterio creadas hace más de medio siglo. ¿Dónde están ahora?. Se llegó a establecer inclusive la Universidad Pedagógica Nacional, ¿Dónde están los resultados? No se puede exigir de la noche a la mañana que los maestros presenten un examen de conocimientos, no todos son autodidactas; hace falta un sistema de capacitación en el que puedan adquirir nuevos conocimientos y actualizar los ya adquiridos.
Es necesario que antes de exigir a los maestros mejor preparación existan programas de capacitación para ellos y estímulos suficientes para que se interesen en su propia superación. Es cierto, innegable, que hay sectores del magisterio que adolecen de serias deficiencias en sus aptitudes para la enseñanza.  A la  admisión, permanencia y aumento de maestros en esas condiciones ha contribuido el mismo sistema político. Se ha dejado por mucho tiempo a los caciques sindicales  coludidos  con el gobierno en turno incrementar las nóminas para obtener más cuotas, aumentar la masa susceptible de engrosas los mítines y llenar las urnas. Ahora se quiere borrar de un plumazo la corrupción tolerada por el mismo sistema político, sin tomar en cuenta el daño que se causa a los maestros en sus derechos de trabajadores, a los niños y a la población en general por el conflicto laboral existente.

            Educar es diferente a enseñar e instruir. Educar es capacitar al hombre para que realice sobre todo la elevación de su pensamiento pero es necesario, antes de llegar a la educación, enseñar e instruir al individuo en la utilización de los recursos materiales del medio para sacar provecho de ellos y encontrar aquel “margen de energías utilizables en la tarea de atender su necesidad de superación intelectual y moral”, de que hablamos antes. Y la utilización de los recursos materiales del medio es propia de la economía, de ahí que la economía sea base de la educación.

            El problema educativo de México es de tipo económico. Hacen falta recursos materiales para construir más y mejores aulas, para formar y pagar mejores maestros, que, por lo demás, hay ejemplos magníficos de material humano e intelectual, capaces de buenas realizaciones en el campo de la educación. Padecemos todavía de maestros que no merecen ese título, cosa que México llegará a superar al paso que ascienda en su categoría económica y cultural, pero es inadmisible el retroceso del país a prácticas educativas que sólo servían para aherrojar las conciencias y atentar contra la libertad del individuo. La solución de nuestro problema educativo estriba en el mejoramiento de la economía nacional-

No hay comentarios:

Publicar un comentario