EL SISTEMA POLITICO MEXICANO.
AURELIO ALTAMIRANO HERNANDEZ
La lucha de clases en el
periodo precolonial.
Mucho antes de que se integrara México como una nación, ya
existían en su antiguo territorio habitado por varios pueblos de
diverso origen, las luchas de clases sociales y comunidades enteras por la
defensa de sus derechos como individuos y como colectividades. No existían organizaciones formales que
agruparan a personas identificadas por los mismos ideales, que se pudieran
llamar partidos, pero sí se podía establecer una diferencia por las condiciones de vida de cada conjunto.
El poder omnímodo del jefe, señor o cacique en cada región mantenía sobre los súbditos la
opresión y la manipulación que no daba lugar a manifestaciones de disidencia, ésta sólo se daba entre
gobernantes que se consideraban iguales, desembocaba generalmente en guerras que se decidían
por la fuerza de las armas o de la diplomacia.
Durante la colonización (1500 a 1800) se encontraron frente a frente dos conjuntos
de pobladores: de un lado los colonizadores que se amparaban en el derecho del
conquistador, protegidos por la Corona española y la Iglesia, y por el otro los
antiguos habitantes que fueron despojados de sus recursos del suelo y subsuelo,
campos de cultivo y minas, aguas y bosques, y tuvieron que optar para subsistir,
unos por el exilio forzoso a zonas montañosas y selváticas y otros por la
sumisión y la adaptación a las nuevas
condiciones imperantes.
No existía propiamente
un sistema político.
El único componente del sistema político de la colonia era la monarquía y sus leyes que se imponían de manera dictatorial. No existía el derecho
al sufragio, ni institución que se avocara a
elecciones. No existían partidos, sólo patrones o encomenderos y
siervos. Los criollos, hijos de español
y mujer nativa, disponían de algunas prerrogativas y constituyeron el
germen de una clase más politizada
que ayudó a la difusión de las
ideas libertarias.
Es hasta 1810, con el
inicio de la guerra de independencia, cuando surge la fuerza política de
ambos grupos contendientes: los insurgentes con claros conceptos de
reivindicación de sus derechos y los realistas que luchaban por conservar sus
privilegios. La lucha duró una década, tuvo su periodo álgido entre 1810 y 1815,
con Miguel Hidalgo y José María Morelos
y sus seguidores, y después se convirtió
en guerra de guerrillas en el Sur, con Vicente Guerrero a la cabeza de la
insurgencia.
Influencia de la
invasión francesa en España sobre la
guerra de independencia mexicana.
Los cambios políticos que ocurrieron en España a partir de la
invasión napoleónica a la península, contribuyeron a cambiar las condiciones de
la guerra de independencia del México
colonial. La influencia de las Cortes de Cádiz y del pensamiento republicano
que empezaba a cobrar fuerza en la metrópoli, contribuyó a la búsqueda de un
acuerdo que pusiera fin a la guerra y le confiriera a la nación mexicana un nuevo status político que fuera visto de conformidad por
la Corona española y los insurgentes.
Detrás de todo eso
seguramente estaba la intención oculta de separar de la monarquía peninsular a
México y todas las posesiones de España en América para formar un Imperio independiente, con el
perfil suficientemente poderoso para frenar los afanes expansionistas de
las potencias europeas. y de los Estados Unidos de Norteamérica.
Es cuando se
promueve, a instancias de las Cortes
españolas, la reunión del guerrillero insurgente Vicente Guerrero y el
jefe del ejército realista Agustín de Iturbide. Después de la reunión de
Acatémpan ( 10 de febrero de1821) y el Plan de Iguala (24 de febrero de 1821),
Iturbide y el comisionado de las Cortes
de Cadiz Juan O`Donojú, se reunieron en Córdoba, Ver., el 24 de agosto de 1821, para convenir en los acuerdos de esa fecha, que
indebidamente se llamaron “Tratados de Córdoba” porque nunca fueron ratificados
por las autoridades de ambos países.
Iturbide inauguró los
golpes militares para el cambio de regímenes en México.
Los acuerdos de Iturbide y O´Donojú en Córdoba (1821) no establecen la independencia de la nación
mexicana. Se propone la creación de un Imperio encabezado por Fernando VII, rey de España, o
en caso de que éste no aceptara, por un miembro de la nobleza peninsular. Si ninguno de estos personajes aceptara el
cargo, la Junta Gubernativa que se integrara con miembros notables de la
sociedad colonial, podría designar libremente al gobernante. De esta previsión se aprovechó
Agustín de Iturbide para proclamarse Emperador, mediante el motín organizado
por él mismo y realizado por el sargento Pío Marcha, el 28 de mayo de 1822, con una marcha militar acompañada de vecinos de la ciudad de México.
Córdoba, Ver., 15 de Agosto de 2021.
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