domingo, 15 de agosto de 2021

EL SISTEMA POLITICO MEXICANO. La lucha de clases en el periodo precolonial.

 

EL SISTEMA POLITICO  MEXICANO.

AURELIO ALTAMIRANO HERNANDEZ

La lucha de clases en el periodo precolonial.

Mucho antes de que se integrara México como una nación, ya existían en su  antiguo  territorio habitado por varios pueblos de diverso origen, las luchas de clases sociales y comunidades enteras por la defensa de sus derechos como individuos y como colectividades.  No existían organizaciones formales que agruparan a personas identificadas por los mismos ideales, que se pudieran llamar partidos, pero sí se podía establecer una diferencia  por las condiciones de vida de cada conjunto.

El poder omnímodo del jefe, señor o cacique  en cada región mantenía sobre los súbditos la opresión y la manipulación que no daba lugar a manifestaciones  de disidencia, ésta sólo se daba entre gobernantes que se consideraban  iguales,  desembocaba generalmente en guerras que se decidían por la fuerza de las armas o de la diplomacia.

Durante la colonización (1500 a 1800)  se encontraron frente a frente dos conjuntos de pobladores: de un lado los colonizadores que se amparaban en el derecho del conquistador, protegidos por la Corona española y la Iglesia, y por el otro los antiguos habitantes que fueron despojados de sus recursos del suelo y subsuelo, campos de cultivo y minas, aguas y bosques, y tuvieron que optar para subsistir, unos por el exilio forzoso a zonas montañosas y selváticas y otros por la sumisión  y la adaptación a las nuevas condiciones imperantes.

No existía propiamente un sistema político.

El único componente del sistema político de la colonia  era la monarquía y sus leyes  que se imponían  de manera dictatorial. No existía el derecho al sufragio, ni institución que se avocara a  elecciones. No existían partidos, sólo patrones o encomenderos y siervos. Los criollos, hijos de español  y mujer nativa, disponían de algunas prerrogativas y constituyeron el germen de una clase más politizada  que  ayudó a la difusión de las ideas libertarias.

Es hasta 1810, con el  inicio de la guerra de independencia, cuando surge la fuerza política de ambos grupos contendientes: los insurgentes con claros conceptos de reivindicación de sus derechos y los realistas que luchaban por conservar sus privilegios. La lucha duró una década, tuvo su periodo álgido entre 1810 y 1815, con Miguel Hidalgo y  José María Morelos y sus seguidores, y  después se convirtió en guerra de guerrillas en el Sur, con Vicente Guerrero a la cabeza de la insurgencia.

Influencia de la invasión francesa en  España sobre la guerra de independencia mexicana.

Los cambios políticos que ocurrieron en España a partir de la invasión napoleónica a la península, contribuyeron a cambiar las condiciones de la guerra de independencia  del México colonial. La influencia de las Cortes de Cádiz y del pensamiento republicano que empezaba a cobrar fuerza en la metrópoli, contribuyó a la búsqueda de un acuerdo que pusiera fin a la guerra y le confiriera a la  nación mexicana un nuevo status  político que fuera visto de conformidad por la Corona española y los insurgentes.

 Detrás de todo eso seguramente estaba la intención oculta de separar de la monarquía peninsular a México y todas las posesiones de España en América  para formar un Imperio independiente, con el perfil suficientemente poderoso para frenar los afanes  expansionistas de las potencias europeas. y de los Estados Unidos de Norteamérica.

Es cuando  se promueve,  a instancias de las Cortes españolas, la reunión   del guerrillero insurgente Vicente Guerrero y el jefe del ejército realista Agustín de Iturbide. Después de la reunión de Acatémpan ( 10 de febrero de1821) y el Plan de Iguala (24 de febrero de 1821), Iturbide y el  comisionado de las Cortes de Cadiz   Juan O`Donojú, se reunieron  en Córdoba, Ver.,  el 24 de agosto de 1821, para convenir  en los acuerdos de esa fecha, que indebidamente se llamaron “Tratados de Córdoba” porque nunca fueron ratificados por las autoridades  de ambos países.

Iturbide inauguró los golpes militares para el cambio de regímenes en México.

Los acuerdos de Iturbide y O´Donojú en Córdoba (1821) no establecen la independencia de la nación mexicana. Se propone la creación de un Imperio encabezado por Fernando VII, rey de España, o en caso de que éste no aceptara, por un miembro de la nobleza peninsular.  Si ninguno de estos personajes aceptara el cargo, la Junta Gubernativa que se integrara con miembros notables de la sociedad colonial, podría designar libremente  al gobernante. De esta previsión se aprovechó Agustín de Iturbide para proclamarse Emperador, mediante el motín organizado por él mismo y realizado por el sargento Pío Marcha,  el 28 de mayo de 1822,  con una marcha militar  acompañada  de vecinos de la  ciudad de México.

Córdoba, Ver., 15 de Agosto de 2021.

 

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