LA FIESTA DE
SAN MATEO.
Referencias históricas.
El 20 de septiembre de cada año se celebra en Santa María
Petapa la festividad de San Mateo. Esta costumbre data de principios del siglo
XX o
quizás un poco antes, a finales del XIX. Originalmente la imagen de San Mateo se
veneraba en una casa particular ubicada en la sección tercera, al sur de la
población habitada por una familia de ascendencia huave o emparentada con
alguna gente de los pueblos huave ( San Mateo, San Francisco, San
Dionisio y Santa María del Mar) que habitan la comarca de las Lagunas Superior e
Inferior ubicadas en la costa del Pacífico en el Istmo Tehuantepec.
En la mañana de ese
día, por tradición se celebra una misa dedicada al Patrón de los Festejos, San
Mateo.
El Paseo de la Regada
de Frutas.
En la tarde es la regada de frutas; como coincidencia, el día
de la fiesta llueve torrencialmente en la tarde y hay que realizar el paseo o
convite temprano, pasado el mediodía, a fin de que cuando las aguas se precipiten
la gente esté ya a resguardo bajo la enramada.
El contingente que recorre las calles está formado de la siguiente manera: al
frente va la banda de música, le siguen los mayordomos de la fiesta, los
ancianos o “chagolas” portadores de las velas dedicadas al santo, el grupo de
danzantes llamados “mareños” ,las mujeres ataviadas con el traje típico
antiguo, huipil bordado de flores o grecas y falda de enredo de tela azul o con rayas rojas verticales, portando
canastas o “tenates” con flores, camarones y pescaditos secos; atrás vienen
los hombres vestidos de blanco con paliacate anudado al cuello, sombrero
de palma con adorno de camarones tejidos de palma. No se sabe cuándo este
adorno se deformó en figura de alacrán;
pero originalmente es de camarón, pues se trata de una fiesta de los “mareños”,
pescadores por excelencia.
En general, el paseo es igual al de todas las fiestas
tradicionales. Se inicia con una marcha o paso doble y quema de cohetes. Se
recorren las principales calles del pueblo; en cada esquina se hace alto para
que los danzantes bailen los sones de la región y uno que se llama Son de
las Mareñitas. Cuando llega el turno de la Sandunga se baila
normalmente como de costumbre el son, y en el intermedio, antes del zapateado,
se establece un intercambio de versos, “pique” o “contrapunteado” entre mareño y mareña. Empieza el hombre con verso provocativo y la mujer le
contesta en el mismo tono. Continúa el son y en el siguiente intermedio resurge
el diálogo picante, con el regocijo y el aplauso del público.
La costumbre de recitar los versos satíricos de la Sandunga se estableció en la fiesta de
San Mateo, en Petapa, a mediados del siglo XX. No existe un registro escrito de los antiguos
versos; su contenido fue variando cada vez según el ingenio de los autores. En
general, se puede decir que siempre han sido jocosos o satíricos, llenos de
picardía y de crítica social. Haciendo un esfuerzo de memoria y basándome en
relatos de amigos y familiares he podido reconstruir y en varios casos
remodelar por completo, conservando la
idea tradicional, algunos versos que incluyo a continuación.
En la noche se celebra un baile.
Antiguamente se realizaba bajo la enramada, hecha de orcones
y travezaños de madera y cubierta de palma. Lo asientos era bancos de madera,
largos como de cinco metros, y se iluminaban con lámparas de gasolina. La “tocada” era a cargo de la banda de
música o de algún conjunto de marimba
orquesta. En la actualidad se usan
techos de lona, con soportes de tubos metálicos y asientos metálicos
plegadizos; la iluminación es eléctrica y es amenizado por conjuntos
electrónicos.
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